El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se refirió recientemente a la decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de suspender los contactos diplomáticos con su gobierno, una medida que el líder venezolano calificó como “un gesto político sin impacto real”. Según Maduro, las declaraciones de Trump responden a intereses electorales dentro de Estados Unidos y no alteran la posición soberana de Caracas, que continúa buscando relaciones bilaterales con distintas naciones bajo el principio del respeto mutuo. El mandatario insistió en que Venezuela “no depende del beneplácito de Washington” para avanzar en su desarrollo económico y social.

En su intervención televisada, Maduro recordó que, durante años, su país ha enfrentado sanciones y bloqueos promovidos desde la Casa Blanca sin que ello haya impedido la continuidad de los programas sociales ni la cooperación con otros países aliados. Aseguró además que Venezuela mantiene conversaciones activas con potencias emergentes como China, Rusia e Irán, así como con organismos multilaterales que respaldan su derecho a la autodeterminación. En ese sentido, afirmó que las declaraciones de Trump “solo buscan desviar la atención de los verdaderos problemas internos de Estados Unidos”.
Mientras tanto, analistas internacionales consideran que la postura de Maduro responde a una estrategia para proyectar fortaleza ante su base política y reafirmar el discurso antiimperialista que ha caracterizado a su gobierno. Sin embargo, algunos observadores advierten que el cierre total de canales diplomáticos con Washington podría limitar las oportunidades de negociación en temas clave, como el levantamiento de sanciones y el comercio de petróleo. Pese a ello, el Ejecutivo venezolano insiste en que seguirá trabajando por una diplomacia “de paz, respeto y cooperación”, aun cuando algunos gobiernos decidan retirarse del diálogo.




