El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha sorprendido al mundo con una propuesta inusual: sugiere que Estados Unidos ayude a «liberar» a Puerto Rico de su estatus como territorio estadounidense. En una rueda de prensa reciente, Maduro declaró que la isla debería obtener su independencia y que este proceso podría ser respaldado por Washington como una «fuerza positiva». La propuesta, que mezcla un llamado a la autodeterminación con un improbable apoyo estadounidense, ha generado inquietud tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico.
La reacción ha sido mixta. En Puerto Rico, sectores independentistas han visto con simpatía la idea de mayor soberanía, pero la mayoría rechaza cualquier intervención extranjera en su futuro político, especialmente de un gobierno como el de Maduro. Por su parte, la Casa Blanca aún no ha respondido oficialmente, pero la iniciativa ha desatado críticas sobre las intenciones de Maduro, con analistas sugiriendo que busca desviar la atención de la crisis interna de Venezuela y generar un conflicto diplomático con Estados Unidos.




