Breyder David Palacios, un joven de 27 años, fue brutalmente asesinado cerca a su barrio Belisario, en un suceso que ha dejado a su familia y vecinos en shock. La tragedia ocurrió cerca de las 10 de la noche, cuando su madre, María Palacios, escuchó varios disparos. Al instante, la mujer sospechó lo peor: algo le decía en su corazón que su hijo era la víctima.
Medio día
Ese día, Breyder había pasado la jornada fuera de su casa, como era habitual, y aunque su madre le había insistido varias veces para que fuera a almorzar, él nunca regresó. La última vez que María lo vio fue al mediodía, cuando ambos conversaron brevemente, y él le prometió que iría a casa pronto, pero el destino tuvo otros planes. Breyder era un joven optimista, sin hijos, con sueños de superación y un amor por las motos que lo llevó a considerar estudiar mecánica. Sin embargo, la vida le dio un giro trágico esa noche.
Problemas
A pesar de que había mencionado tener algunos problemas personales, nunca profundizó en ellos con su madre. Solo había comentado en ocasiones que pensaba mudarse a España, donde varios amigos ya se habían instalado. Según relató María Palacios, su hijo nunca mostró signos de alarma ni mencionó que pudiera estar en peligro. Sin embargo, algo en su instinto materno le indicó que los disparos esa noche estaban relacionados con Breyder.
El lugar
El crimen ocurrió a tan solo dos cuadras de su hogar, en una zona que ya era conocida por algunos incidentes de violencia, aunque nadie en el vecindario se atrevió a brindar detalles sobre el asesinato. Ante la gravedad de la situación, la madre no pudo soportar la idea de acercarse al lugar donde su hijo había caído; fue una familiar quien, en su lugar, acudió al sitio para confirmar lo que ya temía. El joven había muerto en el acto, dejando atrás a una familia desconsolada y a una comunidad que no logra entender cómo algo tan terrible pudo suceder en su propio vecindario.
Familia
Con su partida, Breyder deja un vacío difícil de llenar, no solo en su familia, sino en los corazones de quienes lo conocían. Además de su madre, él tenía una hermana mayor y una pequeña sobrina a la que adoraba profundamente. Los amigos del barrio también lo recuerdan como un joven lleno de energía y pasión por la vida, especialmente por las motos, una de sus grandes pasiones. Su madre, con lágrimas en los ojos, expresó que nunca pudo imaginar que una simple salida de su casa terminaría de la manera más cruel.

