Una noche de terror en La Ximena
La inseguridad sigue golpeando con fuerza a Popayán. El reciente hecho ocurrido en el barrio La Ximena, cerca del Club Campestre, ha dejado una vez más en evidencia la grave situación de orden público que enfrenta la ciudad. Eran las 7:51 p.m. del lunes cuando una madre y su hija se movilizaban en motocicleta y fueron interceptadas por dos hombres armados también en moto. El objetivo: robarles el bolso. Lo que parecía un hurto más se transformó en un dramático episodio cuando las mujeres, al intentar resistirse, fueron arrastradas violentamente por los delincuentes. El suceso quedó registrado en una cámara de seguridad y las imágenes, ampliamente difundidas en redes sociales, han generado una ola de indignación en la ciudadanía.
La respuesta tardía de las autoridades
Pero lo más alarmante del caso no fue solamente el acto violento en sí, sino la demora de la Policía para atender la emergencia. Según la denuncia pública hecha por una de las víctimas a través de redes sociales, los uniformados llegaron más de una hora después de que se cometiera el delito. Este lapso de tiempo no solo expone la falta de capacidad de respuesta de las autoridades, sino que pone en entredicho la efectividad de los protocolos de seguridad en una ciudad que ha venido denunciando, de manera insistente, una creciente ola de robos, atracos y hechos de violencia. La familia afectada, además de las heridas físicas y el trauma psicológico, quedó con una profunda sensación de desprotección institucional.
Una zona crítica sin soluciones concretas
Este no es un caso aislado. En días anteriores, también en el sector de La Ximena, una joven fue víctima de otro hurto bajo circunstancias similares: el bolso le fue arrebatado violentamente sin que, hasta la fecha, se tenga conocimiento de capturas o avances en la investigación. Estos hechos han puesto en alerta a los residentes de la zona, quienes denuncian que el número de policías es insuficiente, que no hay controles frecuentes y que la delincuencia se siente cada vez más empoderada. Las voces de la comunidad coinciden en exigir un plan de seguridad integral, con mayor presencia policial, operativos preventivos y respuestas ágiles ante los llamados de emergencia.
Popayán clama por seguridad
Lo ocurrido con esta madre y su hija refleja una realidad que ya no se puede seguir ignorando: Popayán está perdiendo la batalla contra la inseguridad. La ciudadanía, angustiada, empieza a organizarse para buscar soluciones comunitarias ante lo que perciben como una ausencia del Estado. Mientras tanto, las redes sociales siguen siendo el único canal donde las víctimas encuentran eco para sus denuncias. Sin embargo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿cuántos hechos más deben ocurrir para que las autoridades actúen con la contundencia que la situación exige?




