María Camila Plaza era una niña de tan solo 10 años que fue asesinada de la manera más cruel por un agresor sexual en Huila, la semana pasada. La pequeña recibió varias puñaladas en la espalda cuando intentó resistirse a ser violada por este sujeto.
El hecho ocurrió el pasado 27 de enero en una vivienda ubicada en el barrio La Virginia, del municipio de Pitalito. Allí, el hombre, que tras ser capturado fue identificado como Jonathan Francisco García Tapia, ingresó e intentó a toda costa abusar sexualmente de la menor.
Los gritos desesperados de Camila fueron tales que lograron alertar a su abuela, quien, en medio de un forcejeo que tuvo con el individuo para sacarla de la cruel escena, recibió también varias puñaladas.
El caso ha causado gran consternación entre los huilenses, no solo por la muerte de la niña, sino porque el agresor era un exconvicto que cumplía condena en la cárcel de Pitalito por el delito de acto sexual violento. La comunidad sigue sin encontrar una explicación de cómo pudo salir de entre las rejas y cometer el crimen.
La madre de la víctima habló con los medios de comunicación y pidió a las autoridades que le den al caso la celeridad que merece y, lo que es más importante, que no quede impune. Con dolor expresó: “ese tipo mató a mi hija, pido que no lo suelten, que pague todo lo que hizo con mi niña y con mi mamá”.
El sujeto fue presentado ante un juez de control de garantías que lo envió de nuevo a la cárcel. La Fiscalía le formuló cargos por homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y maltrato animal agravado, ya que también lesionó con el mismo cuchillo que mató a la menor a un perro -la mascota de la niña-, quien intentó defenderla cuando el hombre pretendía consumar el abuso sexual.
De acuerdo con la información obtenida por Pulzo, Jonathan Francisco no aceptó los cargos que se les imputaron y según el abogado defensor, sufre de una enfermedad mental, la cual está siendo investigada ya que no existe un dictamen médico que certifique esa condición.
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