Macizo Colombiano: 949 especies de fauna registradas

El Macizo Colombiano, que abarca parte de siete departamentos, es una de las áreas ecológicas más estratégicas del país.
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El departamento del Huila ha emergido como un referente en la conservación de la biodiversidad en Colombia, tras identificar 949 especies de fauna silvestre en su territorio. Este logro refuerza el papel crucial del Macizo Colombiano como un santuario natural, fundamental para el equilibrio ecológico y la preservación de la vida silvestre en el país. Este avance ha sido posible gracias a la cooperación entre 20 organizaciones no gubernamentales (ONG) comunitarias y el respaldo de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM). Juntos, han trabajado en un proyecto que busca resaltar la importancia de proteger y conservar la riqueza natural de la región.

El inventario incluye una amplia variedad de especies: 720 de aves, 135 de mamíferos, 56 de anfibios y 38 de reptiles. Estas cifras se obtuvieron a través de la instalación de 130 puntos de monitoreo en distintos municipios del Huila que forman parte del Macizo Colombiano. Katherine Arenas, bióloga de la CAM, explicó que el seguimiento se ha realizado mediante cámaras trampa y la observación directa de individuos. En particular, se ha puesto énfasis en los grandes mamíferos y las aves debido a su importancia en el equilibrio del ecosistema.

Entre las especies más destacadas se encuentran el oso andino (Tremarctos ornatus), la danta de montaña (Tapirus pinchaque), la guara (Dasyprocta punctata), el benteveo real (Tyrannus melancholicus) y el azulejo (Thraupis episcopus). La recopilación de esta información no solo permite conocer la biodiversidad existente, sino también estudiar los comportamientos reproductivos, patrones de actividad y el estado de salud de las poblaciones, lo cual es clave para la implementación de medidas de conservación.

La presencia de especies como el oso andino y la danta de montaña tiene un valor especial, ya que son consideradas especies paraguas. Esto significa que protegerlas contribuye también a la preservación de otras especies que comparten su entorno. La existencia del oso andino, por ejemplo, es un indicador de un ecosistema saludable, con una adecuada cobertura forestal, mientras que la danta de montaña, como dispersora de semillas, es vital para la regeneración de los bosques.

Asimismo, aves como el benteveo real y el azulejo juegan un papel esencial en el control de insectos y la dispersión de semillas, lo que fomenta el crecimiento de nuevas plantas y mantiene el equilibrio del ecosistema. La protección de estas especies es fundamental para la sostenibilidad del Macizo Colombiano. El inventario también ha revelado que 84 especies enfrentan algún grado de amenaza, incluidas seis que se encuentran en peligro crítico de extinción. La pérdida de hábitat, causada por la expansión agrícola, la deforestación y el cambio climático, son las principales amenazas para estas especies, lo que pone en evidencia la urgencia de implementar acciones de conservación más rigurosas.

La CAM ha impulsado programas de educación ambiental para promover prácticas sostenibles y lograr la participación activa de las comunidades en la protección de la biodiversidad. Entre las actividades desarrolladas se incluyen campañas de sensibilización, proyecciones de cine ambiental y la creación de murales, todas con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la riqueza natural del Huila y la importancia de su conservación. Estas iniciativas han logrado involucrar a las comunidades locales, quienes han asumido un papel activo en la preservación de su entorno.

El Macizo Colombiano, que abarca parte de siete departamentos, es una de las áreas ecológicas más estratégicas del país. Su importancia radica en la provisión de servicios ambientales esenciales, como la regulación del agua, la captura de carbono y el soporte de especies clave para la salud de los ecosistemas. Esta región es fuente de numerosos ríos y cuencas hidrográficas que abastecen a comunidades humanas y agrícolas, lo que resalta su papel en la regulación del clima y el suministro de recursos vitales. El inventario y las acciones de conservación también resaltan la presencia de especies emblemáticas como el jaguar, el oso andino y la danta de montaña, que habitan en la cuenca alta del río Magdalena. La conservación de estos hábitats y sus especies es esencial no solo para la biodiversidad local, sino también para el equilibrio ecológico a nivel nacional.

Asegurar la conservación de la biodiversidad en el Huila y el Macizo Colombiano requiere un enfoque integral que abarque la restauración de hábitats degradados, la creación de corredores biológicos y el establecimiento de políticas públicas que favorezcan la protección del medio ambiente. Las autoridades y las organizaciones involucradas han hecho un llamado para que se mantenga la colaboración interinstitucional y comunitaria, con el objetivo de preservar este valioso ecosistema para las generaciones futuras.

El modelo de cooperación entre las ONG, las comunidades locales y las entidades gubernamentales ha demostrado ser eficaz en la protección de la biodiversidad. Se espera que estos esfuerzos continúen y se fortalezcan, garantizando la sostenibilidad y el bienestar tanto de los ecosistemas como de las comunidades que dependen de ellos.


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