El municipio de Tuta se encuentra de luto por el fallecimiento del Comandante de Bomberos.
El señor Jorge Ovidio Castillo Fonseca, murió repentinamente, dejando un gran vacío no solo en su familia, sino en el grupo de voluntarios y allegados quienes lo apreciaban y respetaban por su forma de ser.
Trabajo
Castillo Fonseca se desempeñaba como comandante de Bomberos desde el 18 de diciembre del año pasado, caracterizándose por su compromiso y amor por el trabajo.
El boyacense siempre había tenido el don de ayudar desinteresadamente, por lo que a lo largo de su vida había desempeñado algunas labores de voluntariado.
Luego se preparó, hasta que llegó al Cuerpo Voluntario de Bomberos de su municipio, Tuta a cumplir su sueño y una gran labor.
Ya en este puesto, pudo demostrar su amor por la región, trabajando en las actividades sociales y estando pendientes de las emergencias que se pudieran presentar en la zona.
Familia
El Comandante quien era oriundo del municipio de Tuta, tenía dos hijos Esteban y Nicolás, quien hoy lloran la partida amargamente de su padre, quien les enseñó a trabajar y ser personas entregadas con los más necesitados.
“Un gran hombre partió a la Gloria de Dios. Las más sinceras condolencias de parte del grupo Talaciones Rumichaca” indicaron allegadas al boyacense.
Otra conocida indicó “Lamentamos mucho su muerte, un gran ser humano, descanse en paz y mucha fortaleza para su familia”.
“Paz en su tumba mi comando Jorgito excelente persona Dios lo tenga en su santa gloria”.
Desde la Alcaldía de Tuta, también se pronunciaron ante esta triste noticia que enluta a todo el municipio “Un saludo de condolencia y abrazo fraternal a familiares y allegados por el sentido fallecimiento de nuestro compañero y amigo”.
Agregó el mensaje “hoy nuestro corazón está triste pues despedimos a un amigo quien nos ayudó a combatir una pandemia en momentos difíciles. Que Dios lo tenga en su santa gloria, que descanse en paz”.
Hasta el cierre de esta Edición no había fecha para las exequias de este servidor del municipio, pero se espera que rápidamente puedan programar la Eucaristía, donde amigos y allegados le darán el último adiós a un boyacense que estaba convencido que servir de corazón era la mejor recompensa en la vida.
Por su parte, sus compañeros lo catalogaron como un hombre de servicio y muy incondicional, quien en poco tiempo en este cargo, se ganó el cariño y principalmente el respeto de todos.
