La señora María se destacó por su amabilidad, alegría y don de gente. “Ella fue una extraordinaria persona; gracias a su humildad y sencillez logró ganarse el cariño y aprecio de muchas personas. Vamos a extrañar su presencia y sus sabios consejos que nos daba cuando nos encontrábamos afligidos. Enviamos nuestra voz de solidaridad a toda la familia Vargas, que Dios les de fortaleza en este momento difícil de superar”.
Su cuerpo fue velado en compañía de sus compañeros y demás dolientes. Luego, se ofició una misa en memoria de su alma para darle cristiana sepultura. “Gracias por haber sido nuestra mejor amiga y por habernos dado tantos días de felicidad. Solo Dios sabe porque te llevó tan pronto de este mundo. Fuiste una de las personas más importantes en nuestras vidas y el perderte hace que un gran vacío quede en nuestros corazones. Nunca te olvidaremos, siempre tendrás nuestra amistad, así estés en el cielo”.



