La comunidad del municipio de Toca, Boyacá, despidió con profunda tristeza al Padre Mario Hernando Vergara Amaya, hijo ilustre de esta tierra y ejemplo de entrega espiritual. El sacerdote, quien enfrentó con valentía una dura batalla contra el cáncer, dedicó su existencia al servicio de Dios y al acompañamiento de su pueblo con sencillez, cercanía y un amor inquebrantable por el campo.
Durante su vida pastoral, se distinguió por su incansable labor evangelizadora y su espíritu solidario. En sus últimos meses, lideró la construcción de la capilla Jesús Buen Samaritano en las veredas de Chorrera y Cunucá, un proyecto que dejó como legado espiritual a las comunidades rurales. Además, compartió la palabra de Dios con los privados de la libertad en la cárcel de Cómbita, llevando consuelo y esperanza tras los muros.
Sus exequias se celebraran este jueves a las 2:00 p.m. en el templo Divino Salvador de Toca, donde fieles y allegados elevaran plegarias por su eterno descanso. La huella del Padre Mario permanecerá imborrable en los corazones de quienes lo conocieron.




