Dayanna Guayabo falleció luego de luchar por su vida, tras sufrir un accidente de tránsito.
El periodismo tolimense está de luto. En la mañana de ayer, se confirmó el fallecimiento de Dayanna Patricia Trujillo Guayabo, una joven periodista de 23 años que perdió la vida tras un violento accidente de tránsito en la vía al Aeropuerto Perales de Ibagué, cuando se dirigía a cumplir su jornada laboral en el medio digital El Irreverente el día martes.
Su muerte ha conmocionado a colegas, amigos y familiares, quienes la recuerdan como una mujer noble, trabajadora y apasionada por contar historias. Durante su paso por medios como El Olfato y El Irreverente, dejó una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de conocerla.
“Impactó con su gran trabajo, aprendió muy rápido, siempre le gustó escribir y contar historias. Era una excelente compañera, juiciosa y comprometida”, expresó la periodista Paula Núñez, al recordar con nostalgia los momentos compartidos.
Por su parte, Valentina Castellanos resaltó la nobleza que caracterizó a Dayanna: “Fue una estudiante de prácticas excepcional. Realmente es una pérdida, tanto profesional como humana, porque Dayanna era una chica con muchos sueños, muchas ilusiones… Perder personas así en un mundo como este, es realmente una lástima”.
Dayanna había llegado a Ibagué en 2018, cargada de ilusiones, para estudiar Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Tolima. Vivía junto a su tía y su abuela, quienes la acompañaron en todo su proceso formativo. Su empeño y disciplina la llevaron a destacar en su carrera profesional.
En marzo, la Asociación Tolimense de Locutores (ATL) le otorgó el Micrófono de Oro en la categoría Carlos Arturo Rueda, reconocimiento a su compromiso y dedicación al periodismo regional.
“Era una persona muy alegre, muy divertida, un poco tímida, pero siempre esforzada”, contó Sergio Quintero, excompañero de ‘El Olfato’.
Más allá de su amor por el periodismo, Dayanna disfrutaba de la música, la banda marcial -donde tocaba la lira- y el rap conciencia. Era orgullosamente de Dolores, Tolima, lugar que siempre llevaba en el corazón. Tras el accidente, fue trasladada a la Clínica Medicadiz – sede La Samaria, donde permaneció bajo atención médica especializada. Amigos, familiares y colegas oraron por su recuperación hasta que se confirmó la triste noticia. Su partida deja un profundo vacío en el gremio periodístico del Tolima y en todos aquellos que conocieron su bondad y su sonrisa.