Luis Eduardo Montilla, un hombre de 32 años que fue descuartizado mientras llevaba a cabo sus labores diarias. El espeluznante incidente, que ha dejado a una familia destrozada y a la comunidad consternada, plantea preguntas inquietantes sobre la seguridad y la violencia en la región.
La historia
El fatídico día comenzó de manera aparentemente normal para Luis Eduardo Montilla. Según su pareja sentimental, salió de casa a las 5:00 de la mañana del pasado 14 de noviembre para dirigirse a su trabajo.
Durante el transcurso de la mañana, mantuvo una serie de conversaciones alegres y normales a través de WhatsApp con su pareja. En medio de estos intercambios, Montilla mencionó que realizaría un rápido traslado desde el Río Cauca hacia un área específica. Sin embargo, a medida que avanzaba el día, sus respuestas se detuvieron abruptamente, generando preocupación y desconcierto.
La ausencia prolongada de Montilla llevó a su pareja a reportarlo como desaparecido, iniciando así una búsqueda angustiosa. La tragedia alcanzó su punto máximo cuando el 16 de noviembre el cuerpo de Montilla fue descubierto, descuartizado, en un sector de Puerto Mallarino.

La escena del crimen presentaba un horror inimaginable, y para agregar un elemento aún más escalofriante, su vehículo fue encontrado en un lugar cercano, cargado con explosivos.
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Investigación
Las autoridades han comenzado a investigar este horrendo crimen, y la evidencia sugiere que Montilla podría haber caído en una trampa mortal. El hecho de que su automóvil estuviera lleno de explosivos indica una premeditación extrema y una intención clara de causar daño. Este incidente atroz no solo ha dejado una familia devastada, sino que también ha generado un manto de miedo y preocupación en la comunidad de Cali.
Luis Eduardo Montilla vivía en el barrio Compartir, en el oriente de Cali, y deja atrás hijos y una familia que ahora está sumida en la tristeza y la conmoción. La petición de justicia resuena fuertemente entre aquellos que conocían y amaban a Montilla, quienes buscan respuestas y la máxima penalización para los responsables de este acto de violencia inhumana.
El hecho de que Montilla fuera descuartizado y que su vehículo estuviera cargado de explosivos sugiere una violencia desproporcionada y una malicia extrema detrás de este crimen. La comunidad exige respuestas y medidas de seguridad adicionales para prevenir futuros actos de violencia de esta magnitud.
Este trágico suceso también destaca la necesidad de abordar la violencia de género y la inseguridad en nuestras comunidades. La pérdida de Luis Eduardo Montilla no solo es una tragedia individual, sino también un llamado de atención para reflexionar sobre la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.
En estos momentos oscuros, la comunidad de Cali se une en solidaridad con la familia de Luis Eduardo Montilla, buscando consuelo y apoyo mutuo mientras luchan por comprender y superar esta dolorosa realidad. Mientras la investigación avanza, la esperanza de justicia y el anhelo de un futuro más seguro se convierten en motores para enfrentar los desafíos que esta tragedia ha dejado a su paso.