Luisa Fernanda Basante es una joven madre nariñense que no se ha dejado vencer por las adversidades. Desde su vivienda en el barrio Caicedonia, al suroriente de Pasto, trabaja incansablemente para mantener vivo su sueño, Samady, un emprendimiento de accesorios artesanales que lleva el nombre de sus dos hijas, Valery Salomé Vargas Basante y Madelynne Ginella Vargas Basante.
Desplazamiento
Desde Llorente, zona rural del municipio de Tumaco, Luisa tuvo que abandonar su casa debido al conflicto armado que aún golpea a la costa nariñense. “Llegué desplazada con mis dos hijas, sola, sin nada, a empezar de nuevo. No sabía cómo sostenerlas, pero sabía que tenía que hacerlo”, relata.
Fue en medio de esa incertidumbre que nació la idea de crear aretes en tela, hechos a mano y pensados exclusivamente para mujeres. “En Pasto hay mucha competencia, pero eso no me detuvo. Empecé con la ilusión de algún día tener un local propio, aunque por falta de recursos eso ha sido imposible”.
Resistencia
A pesar de las deudas, la crianza de dos niñas pequeñas y las dificultades económicas, Luisa siguió adelante. Promociona sus productos a través de redes sociales, atiende pedidos personalizados y sueña con posicionar su marca. La pandemia tampoco la frenó. “Junto a mis hijas seguimos trabajando, inventando, aprendiendo. No me rindo”.
Samady no es solo un nombre comercial, sino un símbolo de lucha, identidad y amor de madre. La marca representa a Salomé y Madelynne, dos niñas que crecieron viendo a su madre resistir y transformar el dolor en arte.
Apoyo
Desde su taller improvisado en casa, Luisa hace un llamado a los pastusos y nariñenses para que apoyen su emprendimiento. “Esto no es solo un negocio, es la manera de sostener a mis hijas, de enseñarles que con esfuerzo se puede salir adelante, por difícil que parezca”.
Las personas interesadas en conocer y apoyar este proyecto pueden encontrarla en Instagram como @samady_accesorios_.



