Don Serafín, vive en un improvisado rancho.
Don Serafín se encuentra en condiciones deplorables, sin acceso a agua ni luz, lo que pone en riesgo su salud. A pesar de que algunos vecinos solidarios han tratado de brindarle alimentos y apoyo, aseguran que estas acciones son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. La comunidad no solo pide ayuda, sino también, un llamado a la responsabilidad, esperando que algún familiar o allegado de Don Serafín se presente para ofrecerle el cuidado que necesita.
La indignación de los vecinos es palpable, pues sienten que la administración local y la Secretaría de Salud del municipio han mirado hacia otro lado ante esta situación. La preocupación crece día a día, con el temor de que Don Serafín pueda fallecer en cualquier momento, mientras la ayuda institucional brilla por su ausencia. Los residentes del barrio han manifestado que no se puede permitir que una vida tan valiosa se pierda por la inacción.
La comunidad exige que se tomen medidas inmediatas para garantizar la seguridad y el bienestar de Don Serafín. Su situación no es solo un problema local, sino un reflejo de la falta de atención que muchos adultos mayores enfrentan en situaciones similares. Es imperativo que el gobierno municipal y departamental actúen antes de que sea demasiado tarde, trasladando a Don Serafín a un lugar donde reciba la atención médica y la alimentación que tanto necesita.
