Este domingo, Estonia, Letonia y Lituania dieron un paso histórico al desconectarse oficialmente de la red eléctrica rusa y unirse a la red de la Unión Europea, marcando el fin de una era que comenzó tras su independencia de la Unión Soviética hace más de tres décadas.
Este cambio, en el que se lleva trabajando desde 2007, se considera un avance clave para la seguridad energética de Europa, y su implementación se aceleró tras la invasión rusa a Ucrania en 2022. «Hoy se ha hecho historia», afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la ceremonia celebrada en Vilnius, Lituania. «Esto es libertad, libertad de amenazas, libertad de chantaje», añadió.
El presidente polaco, Andrzej Duda, calificó el acontecimiento como un «momento verdaderamente simbólico» que fortalecerá la seguridad y resistencia de la región, y lo describió como el «paso final hacia la emancipación de la esfera de dependencia postsoviética».
La desconexión comenzó el sábado por la mañana, cuando se aconsejó a los residentes de los tres países preparar suministros esenciales, como cargar sus teléfonos y abastecerse de comida y agua, debido a la posibilidad de interrupciones. En algunas zonas, los semáforos dejaron de funcionar y se recomendó no usar los ascensores. Un reloj gigante marcó los últimos segundos antes de la histórica transición, que dejó atrás la red eléctrica rusa, con la que estuvieron conectados desde la posguerra.



