En medio del complejo panorama de violencia y microtráfico que enfrenta Bogotá, una banda criminal ha empezado a sobresalir por su capacidad de adaptación, expansión y control territorial: se trata de los ‘Mesa’, una organización que, aunque surgió en Antioquia, hoy tiene presencia sólida en varios puntos estratégicos de la capital y su periferia.
A diferencia de otras estructuras que operan bajo nombres reconocidos como ‘Tren de Aragua’ o ‘Venecos’, los ‘Mesa’ prefieren moverse con discreción, adoptando alias diferentes según la zona donde actúan. Esta táctica les permite bajar el perfil ante las autoridades y, al mismo tiempo, infiltrarse sin levantar sospechas en sectores como Ciudad Bolívar, Suba, Kennedy y Soacha.
Uno de sus movimientos más efectivos ha sido la rotación constante de sus integrantes. Según la Policía de Bogotá, cada dos o tres meses cambian a los responsables de las operaciones locales para evadir los seguimientos y mantenerse fuera del radar. Detrás de esta dinámica está una logística bien aceitada que, al parecer, se dirige desde Antioquia, donde aún está el núcleo de mando del grupo.
Las autoridades aseguran que estos cambios de personal responden, en parte, a filtraciones dentro de los propios organismos de seguridad. Gracias a esas alertas internas, los delincuentes se anticipan a los operativos, modifican su estructura y mantienen el control del negocio.
Para la Policía y la Defensoría del Pueblo, la banda ‘los Mesa’ estaría detrás de múltiples homicidios ligados al control de rutas del narcotráfico urbano. A pesar de operativos como el de octubre de 2024, que dejó varios capturados, la estructura continúa activa. Su avance silencioso y estratégico convierte a los ‘Mesa’ en uno de los actores más peligrosos del crimen organizado en la capital.




