El silencio se rompió con el estruendo metálico del choque. En cuestión de segundos, una familia quedó destruida y una comunidad sumida en la tristeza. El hecho ocurrió en la vereda El Viente, zona rural del municipio de Orito, Putumayo, cuando una aerovan habría sufrido una falla mecánica que la dejó sin frenos, desatando una tragedia que hoy enluta a todo el Bajo Putumayo.
El vehículo de servicio público perdió el control y embistió violentamente a dos motocicletas en las que se movilizaban varias personas. El impacto fue tan fuerte que Elifar Delgado Guzmán, su esposa Kerly Geany Bermeo y Yeferson Córdoba Silva murieron de manera instantánea, sin que los vecinos que corrieron desesperados a prestar ayuda pudieran hacer algo para salvarles la vida.
Triste escena
La carretera quedó teñida de dolor. Testigos aseguran que la escena era desgarradora: los cuerpos sin vida yacían sobre el asfalto mientras los gritos de angustia se confundían con el sonido de las sirenas de la Policía de Tránsito y Transporte que llegó a atender la emergencia.
El accidente no solo dejó un saldo de tres víctimas fatales, sino que también destrozó a una familia entera. La pareja conformada por Elifar y Kerly deja a sus hijos menores de edad huérfanos, lo que ha generado un profundo sentimiento de dolor entre la comunidad del Valle del Guamuez, donde residían.
Por varios minutos, la vía que conecta al Bajo Putumayo con Nariño y Huila permaneció cerrada, mientras las autoridades realizaban la inspección técnica de la escena, recogían evidencias y testimonios, y procedían con el levantamiento de los cuerpos. Una persona más permanece hospitalizada en estado crítico, con pronóstico reservado.
Siniestro
La magnitud del siniestro ha levantado serios cuestionamientos sobre el mantenimiento de los vehículos de transporte público que circulan por estas carreteras, muchas veces en precarias condiciones mecánicas y poniendo en riesgo la vida de cientos de pasajeros y conductores.
Las autoridades continúan con la investigación para determinar las causas exactas del accidente y establecer responsabilidades. Mientras tanto, el dolor y la indignación se apoderan de una región que hoy clama por justicia y por medidas más estrictas para evitar que hechos tan lamentables se repitan.
