En 1974, unos campesinos chinos descubrieron accidentalmente un ejército de más de 8,000 figuras de guerreros, caballos y carruajes en la ciudad de Xi’an, cerca de la tumba del primer emperador de la dinastía Qin, Qin Shi Huang. Estas figuras de terracota, que datan del siglo III a.C., fueron enterradas con el emperador para protegerlo en su vida después de la muerte. Cada figura es única, con detalles minuciosos en los rostros, la vestimenta y la postura, lo que refleja la sofisticación del arte y la ingeniería de la antigua China.
Los Guerreros de Terracota han proporcionado valiosa información sobre la estructura militar, la cultura y las prácticas funerarias de la antigua China. El hallazgo se considera uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia, ya que revela no solo la escala del poder imperial, sino también el alto nivel de habilidad técnica en la producción de estatuas a gran escala.
Hoy en día, los Guerreros de Terracota son uno de los destinos turísticos más importantes de China, y el sitio ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las excavaciones continúan, y cada nueva campaña de excavación revela más figuras y artefactos que siguen arrojando luz sobre la dinastía Qin y el legado de su primer emperador.



