El snooker ha visto a lo largo de los años leyendas que han definido el deporte con su talento, personalidad y éxitos. Aunque hay mucho debate, ciertos nombres aparecen con frecuencia cuando se habla de los más grandes de la historia.
En la cima se encuentra Ronnie O’Sullivan, conocido como “El Cohete”, famoso por su rapidez, precisión y una gran cantidad de récords: múltiples campeonatos del mundo, máquinas de máximos descansos y un juego que muchos consideran el más natural de todos.
Otro jugador icónico es Stephen Hendry, quien dominó la escena en la década de los 90. Con siete títulos mundiales, un estilo agresivo y un control impresionante de la mesa, marcó una era dorada del snooker moderno.
Steve Davis, figura clave en los años 80, también está entre los grandes. Su juego táctico, fiabilidad y su dominio durante mucho tiempo lo convirtieron en el primer gran superestrella del snooker profesional.
John Higgins, conocido como “El Mago de Wishaw”, ha mostrado versatilidad y larga vigencia. Su capacidad para adaptarse con los años, junto con su gran bagaje de títulos, le da un lugar destacado en cualquier lista de leyendas.
Mark Williams es otro gran nombre: su talento natural, su facilidad para combinar juego ofensivo y defensivo, y su constancia le han valido múltiples grandes torneos a lo largo de su carrera.
Pero no solo los más recientes son relevantes. Ray Reardon, de los años 70, fue un maestro táctico y uno de los primeros en demostrar que la estrategia y la paciencia eran armas fundamentales en el snooker. Mientras tanto, Alex Higgins, con su estilo apasionado y personalidad explosiva, jugó un papel fundamental para popularizar el deporte ante el gran público.
Neil Robertson también merece mención: es el jugador no británico más exitoso en la historia del snooker, y ha demostrado un gran nivel técnico y mental para ganar grandes torneos importantes.
En conjunto, estos jugadores representan diferentes eras, estilos y enfoques del snooker, pero todos dejaron una huella imborrable. Son ejemplos de talento, dedicación y evolución en un deporte que ha crecido enormemente gracias a ellos.




