los boleros del congreso: guardianes de secretos y confesiones de 30 años

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Jairo Rodríguez y Leonardo López se han convertido en las memorias vivientes más discretas del Congreso colombiano, acumulando durante tres décadas los secretos, confesiones y revelaciones más íntimas de la clase política nacional desde sus cajas de embolar en el corazón mismo del Capitolio.

Estos testigos silenciosos han observado cómo «representantes se convierten en senadores, y senadores cambian el Capitolio por la Casa de Nariño», manteniendo un archivo humano de la política colombiana que no aparece en actas oficiales pero reposa en la confianza absoluta de quienes brillan zapatos mientras escuchan confesiones.

«En esas cajas de madera, junto al betún y los trapos, caben las confesiones que solo se hacen mientras alguien brilla los zapatos», revelando cómo los momentos más vulnerables de figuras poderosas ocurren en la intimidad de un servicio que trasciende lo comercial para convertirse en confesionario político.

Aunque «no traicionan la confianza de sus clientes revelando sus secretos», estos boleros han acumulado anécdotas memorables como cuando Iván Duque los invitó personalmente a su posesión presidencial en la Plaza de Bolívar, reconociendo su lugar especial en la historia política nacional.

Su «curul simbólica 106» en el Senado, como algunos bromean sobre su puesto fijo, los convierte en los únicos colombianos que han presenciado desde primera fila tres décadas completas de transformaciones políticas, revoluciones ideológicas y secretos de Estado que llevaron consigo a la tumba.


Compartir en

Te Puede Interesar