No corren buenos tiempos para Frank Cuesta. El que fuera presentador de Frank de la Jungla se encuentra en libertad condicional bajo fianza tras ser detenido, el pasado mes de febrero, por supuesta posesión ilegal de animales salvajes protegidos en Tailandia. Han pasado varias semanas desde entonces, pero, lejos de mantenerse alejado de la polémica, el naturalista español se ha vuelto a situar en el punto de mira al salir a la luz unos audios en los que admite haber traficado con ciertas especies. Audios que él mismo admitió que son reales en uno de sus directos.
«Acabo de pillar tres suricatas pequeñas y me las han dejado bastante baratas. Me han dado las tres por 30.000. Es una inversión porque hay que tener suricatas, que a la gente le gustan», se le escucha decir. Pero esto no es todo, y es que, más allá de sus intenciones económicas, Frank también reconoce en estas mismas grabaciones querer hacer daño a algunos de los animales que se cuelan en su santuario: «Voy a hacer un mix de comida de gato con polvo de veneno, para que se lo coma y reviente por dentro. Lo siento mucho, pero es lo que hay. Si tienes un gato, lo guardas en casa», sentenciaba.
Esta forma de actuar aseguró que también la llevaría a cabo con los perros de la zona: «Voy a poner veneno todos los días hasta que mueran todos los perros […] Me los voy a cargar a todos, voy a seguir poniendo veneno hasta que mueran todos los perros de alrededor. Lo siento mucho por los perros, pero están matando a mis animales y yo tengo que cuidar de ellos, así que, al depredador malo, lo mato y se acabó», concluía.
Frank Cuesta es peor que Peluchín Entertainment.
— Bravo Enigmas (@BravoEnigmas) April 30, 2025
Peluchín: No actúa normal, se ve que tiene un problema mental, era menor de edad.
Frank: Se hizo el animalista, aparenta ser normal ante las masas, tiene 53 años.
Dos mierdas, pero una querida y con influencia, por eso peor. pic.twitter.com/oFVbxNlBRT
Estas declaraciones, como no podía ser de otra manera, han dañado su imagen consolidada de animalista, naturalista y protector de la fauna. Cabe recordar que su popularidad subió como la espuma tras mostrar en su canal de YouTube su día a día en el Santuario Libertad, un refugio que abrió en la localidad tailandesa de Lao Khwan. Desde entonces, Frank siempre había asegurado ser veterinario, algo que, hace tan solo unos días, La Otra Crónica de EL MUNDO ha desmentido, asegurando que nunca ha tenido una titulación válida para ejercer dicha profesión.
Tras ponerse en contacto con fuentes oficiales, este diario también pudo comprobar que no tenía los papeles pertinentes para cuidar algunos de los animales que aparecían en su canal. Un motivo por el que fue acusado y detenido el pasado mes de febrero. Esta situación ha provocado que la imagen pública de Frank Cuesta se encuentre pendiendo de un hilo, aunque por ahora, lo cierto es que no ha querido romper su silencio para pronunciarse al respecto.



