Un nuevo hecho de sangre estremeció al departamento del Caquetá y volvió a encender las alarmas sobre la presencia de grupos armados en corredores rurales estratégicos. A plena luz del día, en la entrada de la finca La Morelia, sobre la carretera que conecta a Florencia con el municipio de Morelia, cinco hombres armados con fusiles descargaron fuego contra tres personas, en lo que las autoridades consideran un ataque de carácter selectivo.
Víctimas mortales
Las ráfagas dejaron como saldo la muerte de Benjamín Rodríguez, conocido en la región con el alias de “Popocho”, quien se movilizaba bajo esquema de protección debido a amenazas previas. Junto a él, perdió la vida su escolta, Lino Alejandro Valderrama, quien intentó reaccionar al ataque, pero fue sorprendido por la contundencia del accionar armado.
En medio del violento episodio, un tercer hombre identificado como Jeifer Morales resultó gravemente herido y fue trasladado de urgencia a un centro asistencial de Florencia, donde permanece bajo estricta vigilancia médica por la complejidad de sus lesiones. Su pronóstico aún es reservado.
Investigación judicial
El ataque desató la reacción inmediata de las autoridades judiciales, que ya adelantan las investigaciones para dar con los responsables. La Fiscalía General de la Nación, en articulación con la Policía y el Ejército, analiza hipótesis sobre si el crimen estuvo dirigido directamente contra Rodríguez y su círculo cercano, o si hace parte de un plan criminal de mayor envergadura.
Peritos de criminalística realizaron el levantamiento de los cuerpos y recolectaron material probatorio en el lugar de los hechos. Entre las evidencias halladas se encuentran vainillas de fusil de largo alcance, lo que evidencia el nivel de organización y preparación de los agresores.
Clima de temor
La comunidad del sur del Caquetá, golpeada históricamente por la violencia, expresó su creciente preocupación tras el atentado. Habitantes de la zona denunciaron que los corredores rurales siguen siendo escenario de intimidaciones, extorsiones y presencia de actores armados que ponen en riesgo la vida de los campesinos.
Líderes locales pidieron al Estado un despliegue más fuerte de la Fuerza Pública y garantías efectivas de seguridad, advirtiendo que la situación podría escalar si no se toman medidas prontas y contundentes.
El doble homicidio se suma a la ola de hechos violentos que en los últimos meses han sacudido el Caquetá, dejando en evidencia la fragilidad de la seguridad rural y la urgencia de recuperar la tranquilidad en regiones que, pese a los acuerdos de paz, aún padecen la presión de estructuras ilegales.
Las investigaciones continúan y se espera que en los próximos días las autoridades entreguen avances que permitan esclarecer los móviles del crimen y llevar ante la justicia a los responsables de este ataque que enlutó nuevamente al departamento.



