La desesperación ante la falta de atención médica llevó a la señora Martha Dorado, de 46 años, a un acto de protesta extremo y audaz: encadenarse a las afueras de la sede administrativa de la EPS Asmet Salud en Florencia. La dramática acción buscaba visibilizar y resolver la crítica situación de salud que enfrenta, “tengo un fallo a mi favor que hice en contra de la entidad y aún así no me quieren colaborar” expresó Martha.
Doña Martha, paciente con un diagnóstico de osteomielitis crónica en una de sus piernas, había agotado todas las vías administrativas para conseguir la prestación de servicios esenciales. Aunque una acción de tutela ya había fallado a su favor, garantizando su derecho a la salud, la EPS persistía en la negativa, específicamente en el suministro de los viáticos necesarios para trasladarse y asistir a una cita crucial con un médico ortopedista en la ciudad de Neiva.
La imagen de la mujer encadenada se convirtió en un símbolo de la lucha que enfrentan miles de usuarios del sistema de salud en Colombia. Este acto de rebeldía, motivado por el dolor y la urgencia, fue el detonante que finalmente movilizó a las autoridades y obligó a la entidad a responder.
La repercusión de su protesta fue inmediata. El concejal Gustavo Neyson González fue alertado de la situación e intervino prontamente, informando a la Personería de Florencia sobre la grave vulneración de derechos. Funcionarios del Ministerio Público se dirigieron al lugar, logrando interceder de manera efectiva ante las directivas de Asmet Salud.
Gracias a la presión ejercida por la protesta de Martha Dorado y la gestión coordinada del concejal y la Personería, la EPS resolvió de manera favorable su requerimiento. Asmet Salud confirmó que la señora Martha Dorado podrá asistir a su cita con el ortopedista en Neiva mañana, 19 de noviembre, a las 5:00 p.m.
Lo que no pudo conseguir una sentencia judicial, lo logró un acto de valentía y visibilidad pública. Doña Martha no solo aseguró su derecho a ser valorada por el especialista, permitiéndole continuar con el proceso de atención de su difícil enfermedad, sino que también dejó un precedente poderoso sobre la necesidad de la vigilancia y la acción ciudadana frente a la negligencia en la prestación de servicios de salud. La paciente pudo ser desencadenada, no solo físicamente, sino de la angustia de ver su salud en riesgo.




