La noche del lunes 1 de septiembre, la tranquilidad de Pitalito, Huila, se vio sacudida por un violento hecho que enluta a la comunidad. El reconocido médico Hernando Vargas Díaz, integrante de una de las familias más apreciadas del Valle de Laboyos, fue víctima de un atentado con arma de fuego que le costó la vida de manera instantánea. Según las primeras versiones, el profesional se desplazaba en una motocicleta cerca de las tiendas Metro, cuando fue interceptado por al menos cuatro hombres.
El ataque fue rápido y letal. Testigos relataron que la víctima recibió al menos cuatro impactos de bala que terminaron con su vida en el lugar. Inmediatamente, vecinos dieron aviso a las autoridades, quienes desplegaron un operativo para asegurar la escena del crimen y recopilar evidencia. La muerte del médico ha generado consternación y temor entre los habitantes, quienes expresan su profunda tristeza por la pérdida de un profesional querido y respetado.
Investigación judicial
Las autoridades de Policía y funcionarios judiciales se encuentran adelantando los actos urgentes para esclarecer los hechos. Por el momento, los móviles del crimen no han sido confirmados. Sin embargo, se conoció que los atacantes dejaron un panfleto sobre el cuerpo de la víctima, lo que apunta a posibles amenazas previas y posibles conflictos relacionados con su actividad profesional.
Las investigaciones buscan determinar si el asesinato tiene relación con competidores en el ámbito de tratamientos médicos o si se trata de un ajuste de cuentas ajeno a la práctica profesional del doctor Vargas. Voceros de la comunidad han insistido en la necesidad de esclarecer lo ocurrido y de reforzar la seguridad en la región para prevenir que hechos similares se repitan.
Reacción comunitaria
La noticia de la muerte del médico ha generado una ola de solidaridad y dolor en Pitalito. Amigos, colegas y vecinos lamentan la pérdida de una persona reconocida por su compromiso con la salud y su cercanía con la comunidad. Asimismo, se ha solicitado a las autoridades que se tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y se investiguen las amenazas recibidas por la víctima y su familia.
Este nuevo caso de sicariato refleja la creciente preocupación por la violencia en la región y el riesgo que enfrentan algunos profesionales en el ejercicio de su labor. Hasta el momento, las autoridades continúan recopilando pruebas y testimonios que permitan dar con los responsables del crimen y esclarecer los móviles de este lamentable suceso que ha dejado a Pitalito consternado y enlutado.
