Lo mataron sin piedad

Robert Julián Millán Robelto, ultimado.
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La violencia sigue cobrando vidas en la capital del Valle. Esta vez, la víctima fue Robert Julián Millán Robelto, un joven de 28 años que tenía toda una vida por delante. Era estudiante universitario, árbitro de baloncesto y padre de familia. Lo asesinaron en el barrio Sucre, una zona donde los tiroteos y homicidios se han vuelto parte del paisaje cotidiano.

Estudiante

Robert Julián cursaba octavo semestre de Comercio Exterior en la Universidad del Valle. Allí era un estudiante disciplinado, constante y querido por sus compañeros y profesores. Además, hacía parte del Colegio de Árbitros de Baloncesto del Valle del Cauca, donde era reconocido por su compromiso, su respeto por las reglas y su amor por el deporte.

Crimen

El crimen ocurrió en plena vía pública, cuando Robert fue atacado por hombres armados. Murió en el lugar. Aunque aún no se conocen todos los detalles del asesinato, las autoridades aseguran que están investigando y que ya tienen pistas. Por ahora, no hay capturados. La familia y los amigos de la víctima piden justicia y temen que el caso quede impune, como muchos otros en esta ciudad marcada por la violencia urbana.

Condolencias

En redes sociales, compañeros de universidad, colegas del arbitraje y vecinos del sector han manifestado su tristeza y rabia. Todos coinciden en que Robert era un joven trabajador, amable y con ganas de superarse. Su sueño era graduarse, sacar adelante a sus dos hijos y seguir creciendo en el mundo deportivo. «Nos arrebataron a una gran persona. No se metía con nadie. Solo quería salir adelante. Es muy injusto», dijo uno de sus amigos cercanos, visiblemente afectado.

Univalle

Desde la Universidad del Valle se publicó un mensaje de condolencias en memoria de Robert. En el comunicado, la institución lamentó su muerte y se solidarizó con sus seres queridos. El Colegio de Árbitros de Baloncesto también se pronunció, recordándolo como un profesional íntegro y entregado a su labor. El barrio Sucre, donde ocurrió el asesinato, no es ajeno a este tipo de hechos. Es una de las zonas más golpeadas por el conflicto urbano y la presencia de grupos armados ilegales. A pesar de la tristeza y el miedo, los vecinos se han unido para exigir respuestas de la Policía y de la Alcaldía.

Este crimen ha causado indignación entre los caleños, que ven cómo la violencia sigue llevándose a jóvenes con sueños, familias y proyectos. La historia de Robert no es un caso aislado. Es el reflejo de una ciudad donde muchos luchan por salir adelante, pero se enfrentan a un entorno hostil que los arrincona y, muchas veces, los silencia para siempre.


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