
Ayer, el ambiente en la avenida 26 con calle 18 del barrio Simón Bolívar era desconcertante. Las personas que rodeaban la escena en la que yacía el cadáver de Juan David Vargas Barrera, tendido en el piso, no se explicaban cómo, en cuestión de segundos, se registró el crimen.
Mientras la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantaba la inspección técnica y el levantamiento, los familiares de la víctima lloraban desconsoladamente.
El reloj marcaba la 1:30 de la tarde cuando Juan Vargas, de 21 años, llegó junto con su compañera sentimental a un restaurante del barrio Simón Bolívar y luego de pedir dos almuerzos, se sentaron a esperar que les sirvieran en una de las mesas.
La tranquilidad de esa hora, se vio interrumpida cuando dos hombres armados llegaron caminando hasta donde estaba la pareja.
“Nosotros escuchamos que empezaron a discutir, eso se gritaban cosas y peleaban como por algo en particular”, comentó uno de los testigos.
Los pistoleros le pidieron a la novia de la víctima que se retirara del sitio y los dejara a solas con él, pero mientras ella se daba la vuelta, escuchó la detonación de tres disparos.




