LO HALLARON COLGADO

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Edwin Vargas, de 38 años, había dicho en tono de broma que moriría en quince días.

El municipio de Mariquita amaneció consternado el pasado viernes tras conocerse la muerte de Edwin Vargas, un hombre de 38 años conocido cariñosamente como ‘Makako’, por su personalidad extrovertida y su habilidad para alegrar a quienes lo rodeaban. El hallazgo ocurrió en el barrio La Ermita, donde estaba cumpliendo con una instalación de drywall. Su cuerpo fue encontrado suspendido de un árbol, y aunque la hipótesis de suicidio es la más probable, las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer los hechos.

Historia

Makako trabajaba como instalador de PVC y drywall, y era reconocido por su talento y compromiso. Familiares y amigos no salen del asombro, pues nadie esperaba un desenlace así. «Una persona llena de vida, siempre con buena energía y haciendo chistes», escribió una allegada en redes sociales, lamentando profundamente la partida de quien, según dicen, siempre tenía una sonrisa a flor de piel, incluso cuando luchaba con sus propios silencios.

¿Un “chiste”?

Uno de los aspectos más perturbadores del caso es que, según un amigo cercano, Edwin había hecho una inquietante afirmación días antes. “Estuvo en el cementerio y me dijo que el médico le había dicho que estaba enfermo. Luego me dijo, jugando, que se iba a morir en quince días”, relató, aún sin poder creer que lo que pareció una broma macabra se convirtió en realidad. En su momento, el amigo lo regañó, sin imaginar que esa frase tenía un trasfondo más serio.

Duelo

La muerte de Makako ha provocado una oleada de mensajes de despedida en redes sociales, donde lo describen como una persona amable, jocosa y trabajadora. “Hoy duele tu ida, y duele mucho”, escribió una familiar. La comunidad pide respeto por el duelo de la familia y espera que las autoridades esclarezcan completamente el caso, al tiempo que se abren conversaciones sobre salud mental y prevención del suicidio en la región.

Este trágico suceso también ha reavivado el debate sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de derribar estigmas en torno a ella. Expertos y líderes comunitarios insisten en la urgencia de fortalecer los servicios de apoyo psicológico y crear espacios seguros donde las personas puedan expresar sus sentimientos sin miedo al juicio. La historia de Edwin es un recordatorio doloroso de que la alegría externa no siempre refleja lo que se vive por dentro, y de que prestar atención a las señales de alerta puede salvar vidas. La comunidad del Tolima hace un llamado a la empatía, la prevención y la solidaridad en estos momentos difíciles.


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