Lo bajaron de la camioneta

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Otra noche de angustia y peligro se vivió en las calles de Engativá, cuando un ciudadano fue víctima de un violento robo a mano armada justo en la puerta de su hogar.
Sucedió cuando el pasado miércoles en la noche llegaba a su residencia en una camioneta Toyota TXL, en ése momento, tres individuos, que se movilizaban en un carro gris, lo abordaron y lo amenazaron con armas de fuego.
Los delincuentes, en un acto de violencia contra toda la familia, despojaron a la víctima de sus objetos personales y se llevaron consigo la valiosa camioneta.
El temor y la impotencia se apoderaron del propietario, quien se vio obligado a presenciar cómo su vehículo era arrebatado por la fuerza en cuestión de minutos.
El hermano del propietario y víctima del suceso, Daniel Amado, brindó un testimonio de lo sucedido “cuando yo bajé, dos sujetos estaban apuntando a mi hermano, lo tenían en el piso encañonado y a mi mamá la tenía un sujeto con un revolver plateado”.
La pesadilla no terminó ahí «a mi hermano lo requisaron, le quitaron la cacheta y sus pertenencias porque no encontraban las llaves del carro», agregó Amado relatando lo que fueron momentos de angustia para la familia.
Los delincuentes, al huir con la camioneta robada, abandonaron el vehículo en un parqueadero clandestino ubicado en la localidad de Kennedy. Sin embargo, gracias a la tecnología del GPS instalado en el automóvil, las autoridades pudieron rastrear y recuperar el vehículo rápidamente.
Este incidente resalta la creciente ola de inseguridad que azota a la ciudad de Bogotá, dejando a los ciudadanos en constante estado de alerta y temor.
La rápida acción de las autoridades para recuperar la camioneta robada es un rayo de esperanza en medio de la oscuridad, pero también plantea la urgente necesidad de implementar medidas más efectivas para combatir el crimen en las calles de la capital colombiana.
Mientras tanto, la víctima y su familia intentan recuperarse del traumático episodio, con la esperanza de que nunca más tengan que enfrentarse a la violencia y el peligro en su propia comunidad.
Pie de foto: Daniel Amado, afectado.


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