Diego Gómez presenta en Ibagué su serie ‘Palmar’, una obra que condensa diez años de creación.
El Museo de Arte del Tolima será escenario este 4 de octubre de la apertura de ‘Palmar’, serie pictórica del joven artista venadilluno Diego Gómez, quien ha dedicado una década a la exploración del paisaje tolimense a través de la abstracción. La muestra, con entrada libre, se convierte en una invitación para acercarse a la memoria espiritual y simbólica de la tierra caliente, un territorio que en sus manos adquiere un carácter íntimo y poético.
La serie ‘Palmar’ se construye a partir de la repetición y la reinterpretación de imágenes, evocando referentes universales como la Catedral de Rouen de Claude Monet o la narrativa visual de Smoke de Paul Auster. Desde un mismo punto de vista, Gómez despliega un ejercicio secuencial en el que el paisaje se transforma en abstracciones cargadas de silencios, dudas y meditaciones. La luz, la roca, el aire y el agua se funden en un diálogo íntimo con la memoria emocional del espectador, recordando las reflexiones del cineasta Raúl Ruiz sobre ver y cerrar los ojos para que la experiencia viva en el interior.
Este proyecto se aleja de lo retórico y propagandístico, proponiendo preguntas sobre la ecología, lo ancestral y lo sociocultural desde un enfoque espiritual. En sintonía con la sensibilidad de Mark Rothko, Gómez entiende la pintura como una verdadera “anécdota del espíritu”, en la que el territorio se eleva más allá de lo material.
Nacido en Venadillo el 10 de marzo de 1994, Diego Gómez es Maestro en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad del Tolima. Su carrera ha abarcado roles diversos: autor, curador, editor, tallerista, ilustrador, asistente de arte y gestor cultural. Su búsqueda ha transitado entre lo figurativo y lo abstracto, con un marcado interés por el lenguaje secuencial y la manera en que este se expande hacia la plástica contemporánea.
Con ‘Palmar’, Gómez reafirma su posición en la escena artística nacional y el Museo de Arte del Tolima fortalece su compromiso de proyectar talentos regionales, creando puentes entre lo local y los debates universales en torno al arte, la memoria y la espiritualidad.




