El senador Lidio García, del Partido Liberal, fue elegido nuevamente como presidente del Senado, en un contexto político marcado por divisiones internas y tensiones entre el Legislativo y el Ejecutivo. Su llegada a la mesa directiva se interpreta como un intento del Congreso por buscar equilibrio y experiencia en la conducción de los debates que marcarán el último año del actual gobierno. García, quien ya ocupó este cargo en 2019, ha sido reconocido por su estilo conciliador y su capacidad para tender puentes entre bancadas opuestas, algo que se considera clave para evitar mayores bloqueos legislativos.
En su primer pronunciamiento, García hizo un llamado a todos los sectores políticos a trabajar con responsabilidad institucional, priorizando el diálogo frente a la confrontación. Aseguró que no será un Senado al servicio del Gobierno ni de la oposición, sino de los intereses del país. Su elección ha sido interpretada como una apuesta del liberalismo por reposicionar su liderazgo parlamentario de cara a las elecciones de 2026, y también como un posible contrapeso al oficialismo en debates críticos como las reformas a la salud, pensión y educación.
