Líder comunitaria permanece en coma tras brutal ataque en Fontibón

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El ataque en el conjunto residencial

El lunes 22 de septiembre, cerca de las 11:30 de la noche, el conjunto residencial Prados de Capellanía, en el barrio La Felicidad de Fontibón, se convirtió en escenario de un intento de feminicidio. Una líder comunitaria de 35 años quedó en coma después de ser golpeada con un martillo y apuñalada en varias ocasiones, pese a que había denunciado antes a su agresor.

La víctima alcanzó a pedir auxilio desde el apartamento 417, lo que activó la alerta de la central de radio. Los uniformados ingresaron con ayuda de los guardas de seguridad y la encontraron tendida en el piso, con heridas graves en la cabeza, el rostro y el tórax.

La captura del agresor

Los médicos la trasladaron primero al hospital de Fontibón y luego al de Kennedy, donde sigue en estado crítico. Minutos después del ataque, José Urbano Medina Villa, ingeniero químico de 51 años y pareja sentimental de la víctima, llegó al CAI de Hayuelos con las manos ensangrentadas. “Sé lo que hice y me quiero entregar”, confesó antes de quedar bajo custodia. La Fiscalía ya lo judicializó por violencia intrafamiliar.

Denuncias ignoradas

La mujer había denunciado a Medina Villa en dos ocasiones. El 16 de enero de 2025, interpuso un proceso por acceso carnal o acto sexual con persona incapaz de resistir. Ese mismo 22 de septiembre radicó una denuncia por violencia intrafamiliar, pocas horas antes del ataque. Sin embargo, nunca recibió medidas de protección efectivas.

Indignación y reclamos

Vecinos aseguran haber visto al agresor descender apresurado por las escaleras con las manos cubiertas de sangre, mientras su pareja pedía ayuda. Un allegado calificó lo ocurrido como “otro intento de feminicidio en Bogotá, otro feminicidio en Colombia. Lo que le hicieron es inhumano”.

El caso reabre el debate sobre la falta de respuesta del sistema judicial ante las víctimas que ya habían pedido protección. Aunque la Fiscalía confirmó la legalización de la captura, persiste la pregunta: ¿por qué las denuncias no evitaron que la violencia escalara hasta un ataque con sevicia extrema?


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