Leonel Alvarez, se mostro preocupado por la actuación de Bucaramanga en el FPC

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Atlético Bucaramanga volvió a dejar una imagen preocupante, esta vez en su propia casa. En la tarde – noche del lunes 28 de julio, cayó 3‑2 frente a Deportivo Cali y la presión sobre el técnico Leonel Álvarez crece con fuerza. El equipo no solo perdió, sino que mostró un juego desarticulado y sin alma, lo que ha puesto en duda el manejo del entrenador antioqueño.

El planteamiento inicial de Leonel fue confuso. El equipo se mostró lento en las transiciones, frágil en defensa y sin alternativas claras en ataque. Cali, sin ser avasallante, aprovechó cada desconexión del local para castigar. Bucaramanga, por su parte, se sostuvo más por esfuerzos individuales que por una estructura colectiva definida, algo que empieza a generar impaciencia entre los hinchas.

Los gestos de inconformidad desde la tribuna fueron evidentes durante gran parte del segundo tiempo. Cada vez que Bucaramanga fallaba en una entrega o se mostraba vulnerable atrás, los murmullos crecían. El técnico intentó recomponer con variantes, pero los cambios no tuvieron el efecto esperado y el equipo terminó perdiendo con una sensación de caos en la cancha.

Los rumores sobre distanciamientos entre el cuerpo técnico y algunos referentes del plantel empiezan a circular con más fuerza. Jugadores que deberían liderar como hombres de experiencia lucen aislados en el campo, y la falta de reacción anímica del equipo preocupa tanto como la futbolística. La derrota de ayer parece más profunda que un simple marcador adverso.

Ahora, Bucaramanga se enfrenta a una semana clave. La continuidad del proyecto de Leonel Álvarez dependerá no solo de los próximos resultados, sino también de su capacidad para unir un vestuario que hoy parece descompuesto. La sensación en el ambiente es que el margen de error se ha agotado.


Compartir en