Las lentejas con costillas representan uno de esos platos que transmiten hogar, tradición y sabor inigualable. Con ingredientes humildes, se logra un resultado reconfortante y muy nutritivo.
El secreto principal radica en el sofrito inicial y en la paciencia durante la cocción. Cada minuto permite que las lentejas pardinas absorban los jugos de la carne.
Esta variedad resulta ideal porque no requiere remojo previo y, en menos de una hora, logra una textura suave y un sabor muy equilibrado.
Ingredientes necesarios para la receta
- 250 gramos de lentejas pardinas.
- 500 gramos de costillas de cerdo troceadas.
- 1 cebolla grande.
- 2 dientes de ajo.
- 1 zanahoria.
- 1 hoja de laurel.
- 1 cucharadita de pimentón dulce.
- 1 tomate maduro.
- Aceite de oliva virgen extra.
- 1 litro de agua o caldo suave.
- Sal al gusto.
- Pimienta negra al gusto.
Preparación paso a paso
- Calienta aceite de oliva en una cazuela y dora las costillas de cerdo hasta sellar bien sus jugos y obtener un aroma irresistible.
- Añade cebolla y ajos picados, sofríe lentamente, e incorpora el tomate troceado para intensificar el sabor del guiso con un fondo sabroso.
- Agrega la zanahoria en rodajas, rehoga brevemente y suma las lentejas lavadas junto con la hoja de laurel, mezclando bien con el sofrito.
- Retira la cazuela del fuego, incorpora el pimentón dulce rápidamente y remueve para que no se queme ni amargue la preparación.
- Cubre con caldo o agua, lleva a ebullición, retira impurezas y reduce el fuego para una cocción suave que concentre todos los sabores.
- Cocina durante cincuenta minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que las lentejas estén tiernas y las costillas se desprendan del hueso con facilidad.
- Ajusta sal y pimienta, añade más líquido caliente si fuera necesario y deja reposar diez minutos antes de servir para integrar los sabores.
- Sirve muy caliente acompañado de pan fresco, ideal para disfrutar de un guiso completo, nutritivo y lleno de sabor casero.
Este plato rinde cuatro porciones generosas, aporta abundante proteína y fibra y puede conservarse varios días refrigerado o incluso congelarse sin perder su calidad.
Las lentejas con costillas demuestran que la cocina tradicional sigue siendo una opción vigente, saludable y, sobre todo, profundamente reconfortante.
