El lenguaje fue uno de los grandes hitos evolutivos que marcó la diferencia entre el ser humano y el resto de las especies. A través de la palabra, nuestros antepasados no solo pudieron coordinar mejor la caza o el cuidado de sus crías, sino también transmitir ideas, emociones y conocimientos de generación en generación. Esta capacidad para comunicarse con símbolos complejos permitió el surgimiento de la cultura, la construcción de mitos y la creación de normas sociales que dieron cohesión a los primeros grupos humanos.
Con el tiempo, el lenguaje se convirtió en el pilar de las sociedades complejas, posibilitando la escritura, el derecho, la religión y la ciencia. Gracias a la palabra, el ser humano pudo planear el futuro, registrar su historia y expandir sus ideas a través del tiempo y del espacio. Aún hoy, el lenguaje sigue siendo la herramienta más poderosa con la que contamos para construir nuestra realidad, resolver conflictos y soñar con mundos nuevos.


