En el corazón del comercio villavicense, Julio Hernán Cárdenas ha construido no solo un negocio, sino un legado familiar. Llegó a la región siendo apenas un adolescente y, con el paso de los años, hizo de este lugar su hogar, su escuela y su fuente de inspiración. Con su esposa a su lado, ha forjado una empresa que se ha convertido en un referente en el mercado, una historia de trabajo en equipo y compromiso.
Inicios
Todo comenzó con Pan de Oro, el producto insignia con el que dieron sus primeros pasos en el mundo del comercio. La idea inicial tomó forma en un pequeño garaje frente al Banco Agrario, donde Cárdenas y su esposa realizaron un estudio de mercado para definir la identidad de su negocio. Buscaban un nombre que resonara con la esencia de su empresa familiar y, tras combinar elementos significativos, nació Piles. Inspirado en el nombre de María del Pilar, su esposa, y en la estructura de su familia conformada por cinco miembros, este nombre representó desde el inicio la unión y el esfuerzo compartido.
La clave del éxito, según Cárdenas, ha sido la formalidad y el cumplimiento con todas las normativas que regulan el comercio. Inscribirse en la Cámara de Comercio, pagar los impuestos y garantizar que todos los empleados cuenten con sus derechos laborales al día son principios que considera fundamentales. Para él, estos aspectos no solo aportan credibilidad a la marca, sino que también generan confianza entre los empleados y los clientes, fortaleciendo así el crecimiento empresarial.
Trayectoria
El compromiso con la región ha sido una constante en su trayectoria. Con cada paso, Cárdenas ha encontrado nuevas oportunidades para aprender y retribuir a la comunidad que le ha brindado tanto. Sus hijos y nietos son hoy testigos y parte activa de esta evolución, continuando con el legado que inició hace años.
Para Cárdenas, el éxito empresarial va más allá de las cifras de ventas. Se trata de construir, de aportar y de crecer junto a quienes han hecho posible que su sueño se convierta en una realidad. Su historia es testimonio de que, con dedicación y compromiso, es posible consolidar un negocio que no solo prospere, sino que también inspire a otros a seguir el camino del emprendimiento.
Ejemplo
Este emprendimiento es un claro ejemplo de la perseverancia llanera a la hora de construir sueños, la pujanza de los comerciantes para sacar a sus pymes que, a su vez, contribuye al progreso de la región generando empleos y oportunidades para las personas que requieren empelo.
Desde la Cámara de Comercio invitaron a todos los sectores comerciales a ser parte de la corporación en aras de velar por las pymes con beneficios y oportunidades de crecimiento económico.



