El miedo y la incertidumbre se han apoderado de los habitantes de Madrid, Cundinamarca, quienes denuncian un alarmante incremento de la delincuencia en el municipio. El reciente caso de una mujer que fue brutalmente golpeada y asaltada cuando regresaba a su casa tras salir de una discoteca en el sector El Sosiego ha encendido aún más las alertas sobre la falta de seguridad en la zona.
El hecho ocurrió en la noche del sábado 22 de marzo, cuando la víctima fue seguida por varias cuadras por un sujeto desconocido. A pesar de intentar ignorarlo y apresurar el paso, el agresor la atacó con un palo, golpeándola en la cabeza hasta dejarla aturdida. En cuestión de segundos, el delincuente le arrebató su bolso y su celular, dejándola tendida en el suelo mientras huía del lugar.
Este acto de violencia ha generado indignación entre los habitantes, quienes aseguran que la delincuencia está descontrolada y que las autoridades no están tomando medidas efectivas. Ligia Parra, residente del sector, expresó su preocupación ante la creciente ola de robos y la falta de presencia policial: «La inseguridad nos invadió, aquí en Madrid no hay ningún lugar seguro. En la calle, en cualquier momento, a cualquier persona la pueden atracar. Día a día se ven nuevos delincuentes y la policía brilla por su ausencia. Por el momento, estamos fregados por la inseguridad».
Ante la gravedad de la situación, la comunidad exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades. Piden mayor patrullaje en las zonas más afectadas y estrategias concretas para frenar la delincuencia. Aunque la policía ha manifestado que está investigando el caso y que se revisarán las cámaras de seguridad del sector para identificar al responsable del ataque, los ciudadanos insisten en que la vigilancia debe reforzarse de manera urgente.
Mientras tanto, la mujer agredida se recupera del violento ataque, pero el temor de que hechos similares sigan ocurriendo sigue latente en Madrid. La comunidad espera que las denuncias no queden en el olvido y que las autoridades actúen antes de que la inseguridad cobre una nueva víctima.




