La política en Baraya se sacude con la polémica resurrección del Proyecto de Acuerdo 017 de 2025, con el que el alcalde Luis Enrique Cardoso pretende endeudar al municipio por $2.500 millones. Lo que parecía un hundimiento definitivo terminó en una maniobra cuestionada: la administración alegó vicios en el trámite y logró revocar el archivo del proyecto en apenas dos días.
La Comisión de Presupuesto había archivado la iniciativa por unanimidad, al carecer del concepto técnico-financiero del Departamento Nacional de Planeación (DNP), requisito considerado indispensable por la jurisprudencia para avalar empréstitos municipales. Sin este documento, el proyecto arrastra una falencia jurídica que amenaza con invalidarlo en instancias superiores, como ya ocurrió en Teruel y en otros municipios del Huila.
A pesar de los argumentos, ocho de los nueve concejales aceptaron la apelación de la Alcaldía, bajo la premisa de que la administración no fue invitada a defenderse en el debate de comisión. Críticos señalan esta jugada como un desgaste político innecesario, pues el problema de fondo persiste: no existe el concepto del DNP. Incluso concejales que apoyaron revivir la iniciativa admitieron que, sin ese requisito, el proyecto volverá a hundirse en primer debate.
Dudas
El alcalde insiste en justificar el empréstito con la promesa de inversión, pero sus opositores cuestionan si endeudar al municipio, sin las garantías legales y técnicas exigidas, es una apuesta responsable. En vez de buscar soluciones de fondo, la administración parece atrapada en maniobras políticas que generan más incertidumbre que resultados.
