Laura Sarabia renunció al Ministerio de Relaciones Exteriores luego de una fuerte controversia dentro del Gobierno. La funcionaria tomó la decisión tras la desautorización pública que recibió de parte del presidente Gustavo Petro, por haber declarado una tercera urgencia manifiesta que permitía seguir con el contrato de Thomas Greg & Sons, empresa privada encargada de fabricar los pasaportes. Laura Sarabia renuncia a la Cancillería en medio de crisis por los pasaportes.
Un día después de ese anuncio, el jefe de despacho presidencial, Alfredo Saade, comunicó que el Gobierno retomaría el plan original: entregar la elaboración de pasaportes a la Imprenta Nacional en alianza con Portugal, dejando por fuera a Thomas Greg.
“No comparto el rumbo”: el mensaje de Sarabia en su carta
En su carta de renuncia, fechada el 3 de julio, Laura Sarabia expresó que “en los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”. Con esas palabras, marcó un quiebre definitivo con el Gobierno Petro.

La exfuncionaria evitó referirse directamente al tema de los pasaportes, pero sí fue clara al decir que no se trataba de diferencias menores ni de una pelea por tener la razón. En cambio, habló de una ruptura de fondo con el rumbo actual del Ejecutivo.
Sarabia destacó su trayectoria cercana al presidente, recordó los cargos que ocupó —incluyendo jefa de gabinete y directora del DPS— y dijo retirarse con la convicción de haber actuado con ética, honestidad y valentía.
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Golpe al círculo más cercano de Petro en plena recta final; Laura Sarabia renuncia a la Cancillería en medio de crisis por los pasaportes
La salida de Laura Sarabia representa un duro golpe para el equipo más cercano del presidente Gustavo Petro. Ella fue una de las funcionarias de mayor confianza, clave en la estrategia de gobierno y protagonista en múltiples decisiones políticas.
Su renuncia se produce en un momento de reacomodo ministerial y tensiones internas en el gabinete. También deja al descubierto la falta de unidad frente a decisiones sensibles, como la operación de los pasaportes, que han generado críticas y dudas sobre la capacidad operativa del Estado.
Sarabia cerró su carta deseándole éxito a Petro en la recta final de su gobierno y reiteró su disposición al diálogo constructivo. “Colombia sí puede ser una potencia de la vida. Ese sueño exige unidad, humildad y decisiones valientes”, escribió.




