Las respuestas faltantes a las familias de las víctimas de Ayotzinapa, en México

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Han pasado once años desde la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y, pese a los avances anunciados por las autoridades, las familias continúan esperando respuestas claras y definitivas.

Los padres y madres de los jóvenes insisten en que aún faltan documentos clave por entregarse, especialmente aquellos que podrían confirmar la participación o el conocimiento de mandos militares sobre lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Aunque algunos expedientes han sido desclasificados, las familias aseguran que la información es incompleta y que persisten vacíos que impiden conocer toda la verdad.

Otro punto de reclamo es la falta de resultados en los análisis forenses. Hasta ahora, solo se ha logrado identificar plenamente a tres estudiantes, mientras que los restos hallados en diversas búsquedas no han aportado certezas suficientes. Los padres insisten en que las pericias deben realizarse bajo la supervisión de peritos independientes y con métodos científicos incuestionables.

Las investigaciones han incluido decenas de búsquedas en zonas señaladas por testigos, rastreos de líneas telefónicas y testimonios de implicados. Sin embargo, ninguna de estas líneas ha ofrecido respuestas concluyentes. A ello se suma la falta de justicia para quienes habrían tenido responsabilidades directas o indirectas en la desaparición.

En reuniones recientes con autoridades federales, las familias manifestaron frustración ante la ausencia de avances sustanciales. Aunque se han hecho promesas de continuar las investigaciones y abrir nuevas líneas de búsqueda, la percepción es que la verdad sigue incompleta.

Las familias reclaman cinco puntos urgentes: la entrega total de los archivos militares, la validación científica de los análisis forenses, la investigación y sanción a todos los responsables sin importar su rango, transparencia absoluta en cada etapa del proceso y un compromiso real con la justicia que no se quede en discursos.

A once años, la herida sigue abierta. Los padres y madres de Ayotzinapa repiten que no descansarán hasta encontrar a sus hijos o, al menos, obtener la verdad completa de lo ocurrido. Su lucha se ha convertido en un símbolo de resistencia y en un recordatorio permanente de que en México aún quedan deudas profundas con la verdad y la justicia.


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