“Las preguntas de Petro son una trampa”

El representante a la Cámara Eduar Triana afirma que la consulta popular no es más que una estrategia de presidente para medir su reputación en cara a las elecciones del 2026.
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En un tono contundente y sin rodeos, el representante a la Cámara Eduar Alexis Triana criticó fuertemente la reciente propuesta de consulta popular anunciada por el presidente Gustavo Petro. Luego de que se hicieran públicas algunas de las preguntas que conformarían dicho mecanismo de participación ciudadana, Triana no dudó en calificar el ejercicio como una “trampa” diseñada no para construir una reforma laboral real, sino para apuntalar la popularidad del mandatario.

“Las preguntas de Petro son una trampa. No buscan una reforma laboral real, buscan votos y popularidad”, expresó el congresista, visiblemente molesto por lo que considera una estrategia electoral encubierta. Para Triana, el gobierno insiste en recurrir a mecanismos costosos y populistas, en lugar de promover reformas estructurales construidas sobre el diálogo y el consenso.

A juicio del representante, el contenido de la consulta estaría formulado de forma tal que resulte imposible para la ciudadanía responder negativamente, lo que —según él— revela un intento del Ejecutivo por manipular la opinión pública utilizando recursos estatales. “Una vez más el gobierno hace política con la plata de los colombianos”, señaló con vehemencia.

Triana fue enfático en reconocer que el país necesita urgentemente una transformación profunda en materia laboral, pero advirtió que esta debe construirse con responsabilidad, articulando a los diferentes sectores involucrados: empresarios, trabajadores y, especialmente, el campesinado. “Sí necesitamos una reforma seria, pero no con artimañas. ¡No más engaños, presidente! ¡El país merece seriedad!”, insistió.

El congresista reiteró que no está en contra del cambio, sino del método y del trasfondo que percibe en esta iniciativa presidencial. Para él, lo que Petro plantea no es un ejercicio democrático legítimo, sino una maniobra para polarizar aún más al país y distraer la atención de los verdaderos problemas económicos y sociales que enfrentan millones de colombianos.

La propuesta de consulta popular, que aún no ha sido formalizada en su totalidad, ha generado una ola de reacciones divididas entre sectores oficialistas y de oposición. Mientras unos celebran el intento del gobierno por consultar directamente al pueblo, otros —como Triana— lo interpretan como un acto de populismo disfrazado de participación ciudadana.

Con este nuevo episodio, se intensifica la tensión entre el Legislativo y la Casa de Nariño, en un ambiente político cada vez más enrarecido por los intereses cruzados y la inminente cercanía del próximo ciclo electoral.


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