Ana María Suárez
El caso del feminicidio de Ana María Suárez, una tragedia que involucra la pérdida de una vida y la brutalidad de la violencia de género, se suma a una serie de historias desgarradoras que sacuden la conciencia colectiva. En este contexto, la muerte de María Camila Romero, víctima de la ira y el desprecio de su pareja, destaca como un ejemplo vívido de la crueldad que enfrentan muchas mujeres. El relato de María Camila es un recordatorio sombrío de cómo la violencia puede trascender los límites físicos y extenderse al ámbito de la difamación y la manipulación. Su pareja, Daniel Isidro Barrera, intentó ocultar la verdad detrás de su muerte, propagando una versión falsa que desvirtuaba los hechos. Sin embargo, la justicia ha prevalecido hasta el momento, con Barrera enfrentando cargos por feminicidio y una medida de aseguramiento en un centro carcelario. La historia de María Camila resuena como un eco doloroso de los miles de mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas. Revela la urgencia de abordar la violencia de género en todas sus manifestaciones, no solo como actos de violencia física, sino también como estrategias de manipulación y deshonra que buscan socavar la dignidad y la memoria de las víctimas.

Yesica Campo
El trágico episodio, donde Esterlín Vásquez arrebató la vida de Yesica Paola Campo en plena luz del día y en vía pública, ilustra la brutalidad y la impunidad que rodean muchos casos de violencia doméstica. La decisión de Yesica de alejarse de su agresor no impidió su trágico destino, resaltando la urgente necesidad de proteger a las víctimas y prevenir estos actos de violencia. El hecho de que Esterlín Vásquez planeara activamente el asesinato de Yesica y luego intentara fugarse a España evidencia una peligrosa combinación de premeditación y falta de remordimiento. El hijo que dejó atrás fue entregado a su tía, quien, según relata la familia de Campo, también habría sido objeto de violencia por parte de esta mujer. Estos casos lamentables subrayan la necesidad de políticas y acciones concretas para abordar la violencia de género en todas sus formas. Es fundamental que la sociedad y las autoridades se unan en un compromiso inequívoco para erradicar la violencia machista y proteger a quienes están en mayor riesgo. Solo a través de una respuesta colectiva y decidida podemos esperar crear un mundo donde todas las personas vivan libres de temor y violencia. Esterlín nunca aceptó los cargos y fue enviado a prisión a enfrentar su proceso judicial. La madre de la víctima dice: “Hoy solo pido que me devuelvan a mi nieto, que el asesino pague por todo. Mi hija solo quería volver a vivir porque estaba muerta en vida con ese hombre”.

Yudy Paola
Yudy Paola se encontraba en una situación angustiosa, luchando por liberarse de una relación marcada por el abuso y la coerción. Su decisión de separarse de Kevin Hurtado, un hombre agresor que la amenazaba, desencadenó un desenlace fatal que dejó a su hijo sin madre y a su familia sumida en el dolor y la indignación. La falta de acción por parte de las autoridades para mantener a Hurtado tras las rejas, a pesar de sus antecedentes y del riesgo evidente que representaba para Yudy Paola, es un reflejo de las fallas sistémicas que perpetúan la impunidad y el desamparo de las víctimas de violencia de género. El hecho de que el agresor se quitara la vida tras cometer el feminicidio no exime la responsabilidad del sistema en proteger a las mujeres en situación de riesgo.
La historia de Yudy Paola es un recordatorio desgarrador de los peligros de la violencia doméstica y del importante papel que juega la comunidad en apoyar y proteger a quienes se encuentran en situaciones vulnerables. Su familia, consciente de los signos de alerta que surgieron durante la relación, lamenta profundamente no haber podido evitar esta tragedia. Solo a través del compromiso colectivo y la acción concertada podemos esperar crear un entorno donde todas las mujeres vivan libres de temor y violencia. La memoria de Yudy Paola y de todas las víctimas de feminicidio nos impulsa a seguir luchando por un futuro más seguro y equitativo para todas.

Martha Rico
El miércoles 7 de febrero, un trágico feminicidio sacudió al departamento de Boyacá, cuando Fredy Alfonso Numpaque Pineda agredió a su compañera sentimental, Martha Lucía Rico Bautista, de 29 años, con un arma cortopunzante en Toca. A pesar de los esfuerzos por salvarla, Martha falleció en el hospital San Rafael de Tunja debido a la gravedad de sus heridas. Numpaque Pineda, un agricultor de 30 años, fue capturado por la Policía gracias a la colaboración de la comunidad. La secretaria de Gobierno y Acción Comunal de Boyacá, Alejandra Pico, informó que, hasta enero de ese año, el 80% de los casos de homicidios y feminicidios estaban esclarecidos. Reconoció el trabajo conjunto de las autoridades, incluida la Fiscalía General de la Nación, liderada por Natalia Franco, la Policía de Boyacá bajo la coordinación de la Coronel Margarita Mantilla, la Policía Metropolitana de Tunja dirigida por el Coronel Marcos Forero, y el Ejército Nacional encabezado por el Coronel Mauricio Lucero. Ante la violencia intrafamiliar y de género, Pico destacó que se abordó este tema en el último consejo de seguridad, acordando la articulación con la Fuerza Pública para priorizar estos casos en la agenda departamental. La tragedia de Martha Lucía Rico Bautista resalta la urgencia de acciones concretas para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres en Boyacá y en toda Colombia.

Laura Isabel Lopera
El brutal asesinato de Laura Isabel Lopera, una joven de 20 años en Medellín, ha estremecido a la sociedad. Su cuerpo, desaparecido hace más de una semana, fue descubierto dentro de una maleta en una vivienda del barrio Boston. Las autoridades confirmaron signos de violencia en su cuerpo. Según informes de Noticias Caracol, Laura mantenía una relación con un ciudadano extranjero desde hacía tres meses, quien abandonó el país aproximadamente 24 horas antes del hallazgo del cuerpo. Las cifras de la Procuraduría son alarmantes: solo en enero se registraron 21 casos de feminicidios en Colombia, 11 de los cuales presuntamente fueron cometidos por la pareja o expareja sentimental de las víctimas. El llamado a la acción por parte del Ministerio de la Igualdad y Equidad es urgente. Es necesario que se implementen medidas efectivas para prevenir estos crímenes atroces y brindar atención oportuna a las víctimas. La sociedad colombiana clama por justicia y protección para las mujeres que sufren la violencia de género.

Valentina Tres Palacios
La trágica historia de Valentina Trespalacios, la joven DJ colombiana de 23 años, ha conmocionado al país. Su cuerpo fue encontrado sin vida dentro de una maleta en el barrio Los Cámbulos, en Fontibón, Bogotá. El video publicado por la Revista Colombiana Semana en YouTube muestra a John Poulos, el presunto responsable, sacando los restos de Valentina de la escena del crimen. Este martes 24 de enero, las autoridades de Panamá confirmaron la captura de Poulos en el aeropuerto de Tucumen. Según la orden de captura, Poulos es acusado de ocasionar la muerte violenta de Valentina Trespalacios. La DJ era reconocida por sus presentaciones en las principales ciudades de Colombia y tenía una gran presencia en las redes sociales, donde compartía fotos de sus eventos y viajes a lugares como Medellín y Cartagena. Su última actuación musical fue publicada en SoundCloud hace 3 meses. El trágico desenlace de Valentina Trespalacios ha dejado consternada a la comunidad artística y a sus seguidores, quienes lamentan la pérdida de una joven talentosa y apasionada por la música. El cuerpo de valentina fue hallado por un reciclador quien vio una maleta cuyo su contenido eran los restos de la dj, este atroz hecho nos deja en descubierto la verdadera situación colombiana, ¿estamos creando un lugar seguro para las niñas y jóvenes colombianas?





