La generación de energía a partir de fuentes renovables continúa en expansión a nivel global, impulsada por la caída en los costos de tecnologías como la solar y la eólica, así como por las metas de descarbonización asumidas por numerosos países. Sin embargo, los avances actuales todavía no son suficientes para cumplir con los objetivos climáticos internacionales.
De acuerdo con los más recientes informes energéticos, la capacidad instalada de energías limpias creció de manera récord durante el último año, especialmente en Asia, Europa y América Latina. China lidera la producción de energía solar, mientras que naciones como Brasil, Estados Unidos y España han incrementado su participación en energía eólica y proyectos de hidrógeno verde.
Pese a este progreso, expertos advierten que el ritmo de expansión debe duplicarse en la próxima década para mantener la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Factores como la falta de infraestructura, los altos costos iniciales en países en desarrollo y los retrasos en la transición energética siguen frenando el cambio.
Las organizaciones internacionales han hecho un llamado a acelerar la inversión y mejorar las políticas públicas que faciliten la adopción masiva de energías renovables, destacando que una transición más rápida no solo ayudaría a reducir emisiones, sino también a generar empleo y fortalecer la seguridad energética mundial.
