En Argentina, el presidente Javier Milei atraviesa uno de los momentos más críticos de su gestión tras un violento episodio ocurrido el miércoles en la provincia de Buenos Aires. Durante un acto de campaña, su comitiva fue rodeada por manifestantes que lanzaron piedras y proyectiles, lo que obligó a suspender el mitin y evacuar al mandatario de emergencia. Milei responsabilizó al kirchnerismo por el ataque, que se da a pocas semanas de las elecciones provinciales del 7 de septiembre y las legislativas de medio término del 26 de octubre, claves para medir el respaldo político de su gobierno y sus posibilidades de reelección en dos años.
Hasta hace poco, La Libertad Avanza llegaba con expectativas positivas gracias a la relativa estabilidad del dólar y a una inflación en descenso. Sin embargo, en agosto la situación cambió drásticamente. Según la Universidad Torcuato di Tella, la confianza en el gobierno cayó un 13,6 %, y un nuevo escándalo golpeó a la administración: la filtración de audios en los que el exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, acusa a Karina Milei —hermana del presidente y secretaria de la Presidencia— de recibir sobornos del 3 % en el pago de medicamentos. Spagnuolo fue destituido, pero aseguró haber informado de este esquema directamente al mandatario. El caso ya está en la justicia y motivó 16 allanamientos, incluido a la farmacéutica Suizo Argentina. Karina Milei no se ha pronunciado, mientras que el presidente negó los hechos y anunció demandas por difamación.
El escándalo coincidió con derrotas legislativas significativas: la Cámara Baja anuló el veto presidencial a la ley que declara la emergencia en discapacidad y el Senado rechazó varios decretos de ajuste económico, aprobando en cambio aumentos presupuestarios en salud y universidades. En lo que va del año, el gobierno perdió 16 de 17 votaciones en el Congreso, lo que refleja un desgaste político acelerado.
Las consecuencias también se ven en los mercados. El riesgo país volvió a subir hasta 829 puntos básicos, lo que dificulta al Ejecutivo conseguir financiamiento para cubrir la deuda que vence en 2026. Analistas señalan que esto complica la viabilidad del plan de ajuste fiscal que Milei impulsa desde su llegada al poder en 2023.
En paralelo, las encuestas publicadas por La Nación muestran un deterioro notable en la imagen presidencial. La evaluación del gobierno cayó ocho puntos en seis semanas y Milei pasó al tercer lugar en popularidad detrás del gobernador bonaerense Axel Kicillof y de Cristina Fernández de Kirchner. Además, un 62,5 % de los encuestados considera que los audios revelan corrupción grave, mientras que solo un 32,8 % los interpreta como una operación política, como sostiene el oficialismo.
Ante este panorama, La Libertad Avanza reduce sus expectativas electorales y denuncia la posibilidad de fraude. Milei ya ha advertido sobre prácticas como el uso de boletas “en cadena”, la compra de votos y las candidaturas testimoniales. En sus declaraciones más recientes, aseguró que “vienen por la libertad de todos los argentinos” y que la casta política busca frenar su proyecto de cambio.
En resumen, Milei enfrenta simultáneamente una caída en la confianza pública, un escándalo de presunta corrupción que involucra a su hermana, derrotas legislativas que limitan su poder de gobernar, la desconfianza de los mercados y una campaña electoral que se ha tornado violenta. Todo esto marca un momento decisivo para el futuro de su presidencia y para el rumbo político de Argentina.




