Las disidencias de las Farc armaron un casting para seleccionar a las personas que deben ir en el tarjetón electoral con el fin de competir por algunas alcaldías de Colombia. Entre las exigencias de las disidencias a los candidatos está una gruesa suma de dinero que deben llevar en efectivo. En algunas ocasiones, quien entregue más plata gana.
Te puede interesar: Le dieron un tiro por colarse en Transmilenio
El Gobierno
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, dijo que la obligación y compromiso que tiene el Gobierno es ir hasta el último sitio para que los colombianos puedan tener unas elecciones tranquilas y en paz, ante los problemas de orden público que azotan a las regiones. Con el Plan Democracia andando, espera cubrir los 120.000 centros de votación.
El funcionario no solo ve como un problema que los actores armados constituyan una amenaza para las elecciones, sino también los dineros que circulan sin explicación por esta época: “Algunos partidos han venido hablando de la indebida injerencia de recursos a la hora de definir el proceso electoral. Tenemos cómo identificar esos movimientos”.
El proceso de selección
En los rincones de la selva evalúan las hojas de vida de los competidores y miden cuál de todos podría cuidarles la espalda en dado caso de que lleguen al poder. Desde la clandestinidad, les aseguran el triunfo y les dan garantías para promocionar sus nombres.
Para medirles la lealtad, someten a los políticos a exigencias millonarias y a otros retos que van en contra de la ley. La “garantía electoral” impuesta por la delincuencia es el silencio y se cobra con vidas.
La Registraduría
Según la Registraduría, al menos 92 municipios del país tienen alto riesgo para las elecciones regionales a raíz de la presencia de estructuras ilegales.
Mientras que la reposición de los votos la tiene que costear el ganador por 48 meses: brindarles seguridad y tener la cartera abierta para las disidencias.
Por otro lado, la Defensoría del Pueblo advirtió que en 706 localidades del territorio nacional hay algún tipo de peligro para ejercer liderazgos; es decir, en las dos terceras partes de Colombia.
Sigue leyendo: Las farc están haciendo un ‘casting’
