En 2020, el telescopio de rayos X eRosita tomó imágenes de dos enormes burbujas que se extendían muy por encima y por debajo del centro de nuestra galaxia.
Desde entonces, los astrónomos han debatido su origen. El último estudio sugiere que las burbujas son el resultado de un poderoso chorro de actividad del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Este estudio también muestra que el chorro comenzó a arrojar material hace unos 2,6 millones de años y duró unos 100.000 años.
Hay dos modelos en competencia que explican estas burbujas, llamadas burbujas de Fermi y eRosita por los telescopios que las nombraron. El primero sugiere que el flujo de salida es impulsado por un estallido estelar nuclear, en el que una estrella explota en una supernova y expulsa material. El segundo modelo, que respaldan los hallazgos del equipo, sugiere que estos flujos de salida son impulsados por la energía expulsada de un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia.
Estos flujos de salida de los agujeros negros ocurren cuando el material viaja hacia el agujero negro, pero nunca cruza el horizonte de eventos del agujero negro o la superficie matemática debajo de la cual nada puede escapar. Debido a que parte de este material se devuelve al espacio, los agujeros negros no crecen sin control.




