Ángel Eduardo Zambrano Céspedes perdió la vida en Acacias, sus familiares lamentan que no salió del mundo de la droga.
En las últimas horas se conoció el caso del fallecimiento de Ángel Eduardo Zambrano Céspedes, un conocido habitante de calle en el municipio de Acacías y Villavicencio. Los móviles del hecho estarían siendo investigados por las autoridades.
Según fuentes extraoficiales se conoció que Ángel murió en la madrugada del domingo 7 de agosto, en una de las calles céntricas del municipio de Acacías en donde en el último año frecuentaba.
Su cuerpo fue hallado sin vida, su deceso estaría siendo investigado por la unidad judicial, ya que se pudo tratar de una alteración por sobredosis, de una muerte natural o algún tipo de agresión.
Historia
De Zambrano, se conoció que tuvo una infancia normal, asistió al colegio y alcanzó a cursar primaria, tuvo los amigos y vivió en Acacías sus primeros años de vida, allí hizo amigos que uno lo tiene presente.
Pero en el inició su adolescencia, su vida tomó un rumbo diferente, y empezó a compartir con personas que lo destruyeron, ofreciéndole drogas, lo que hizo que saliera de casa, se apartara de su familia, peleándole su futuro.
Según el relato de Juan Pablo Castillo, quien conoció a Ángel, afirmó que “La maldita droga apareció en el camino y con ella los sufrimientos de sus padres. Lo persuadieron pero pudo más la maldita calle y las malas amistades”.
De esta manera pasó el tiempo y se trasladó hacia la ciudad de Villavicencio, donde vivía en condición de calle, según explicaron sus allegados él permaneció en la ciudad desde los años 90, él se ubicaba en el paradero de taxis de la ruta a Acacías, con el transcurrir de los años también concurrió el sector del Centro y La Grama en estos lugares abordaba a las personas para pedir algo de limosna para poder comer y comprar drogas.
Lamentable
En los últimos años reapareció nuevamente en Acacías, habitando en las calles, desamparado, según comentaron los habitantes que lo identificaban, a veces resultaba con la cara golpeada.
El hombre solía dormir en el parque principal. Durante el día abordaba a la gente para pedirles algo de comer o algo de ayuda. Cabe resaltar que su familia en múltiples ocasiones le ofreció ayuda y atención, pero Ángel Eduardo no atendió a su exilió. Muriendo finalmente en la calle.




