El delegado del gobierno en las negociaciones de paz con el ELN, Lafaurie estalla contra el ELN, ha intensificado cada vez más sus críticas hacia el papel que ha desempeñado este grupo armado en los últimos meses. Desde febrero de 2024, la guerrilla suspendió las conversaciones en protesta por la decisión del Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, de iniciar una mesa de diálogo paralela con un grupo disidente del ELN en Nariño.
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Incógnitas
El ELN ha intentado culpar al gobierno por el enfriamiento en las relaciones y, además, ha acusado al Estado de violar repetidamente el cese al fuego. En respuesta, Lafaurie, visiblemente molesto, escribió una columna de opinión en la que arremetió contra el ELN. En su escrito, afirmó que el ultimátum dado por la guerrilla al gobierno “es, por definición, una amenaza extorsiva, esencia de la ley del terror”.
Para José Félix Lafaurie, el comunicado del ELN fechado el 6 de agosto, al igual que el del 3 de ese mes, «es un claro ultimátum al Gobierno, diseñado para intensificar la presión que ya enfrenta desde la sociedad, con el fin de reanudar en desventaja las negociaciones que el ELN congeló unilateralmente», expresó. Lafaurie se preguntó: «¿Qué exige el ELN?, Que el gobierno, mediante decreto, lo elimine de la lista de lo que realmente es, un Grupo Armado Organizado (GAO). Con ello, el ELN busca equipararse a la fuerza pública y legitimar su lucha armada. Además, podría utilizar este decreto para desafiar a la Unión Europea, que, a pesar de la solicitud del gobierno colombiano, no ha decidido sacarlo de su lista de organizaciones terroristas», afirmó. Lafaurie estalla contra el ELN es lo nuevo que se da.
Declaraciones
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José Félix Lafaurie aclaró que «el gobierno no puede comprometerse más allá de lo que permite la estructura jurídica colombiana, en la que un decreto presidencial no puede anular la ley, la Constitución ni los acuerdos internacionales». Continuó diciendo: «La amenaza del ELN es la misma de siempre; la misma que también usaron las FARC para extorsionar a un presidente que solo buscaba un Nobel: la ley del terror, que incluye amenazas de muerte, extorsión, secuestro, reclutamiento y control territorial para proteger las rentas ilícitas que financian esa violencia.
Esa amenaza extorsiva hoy tiene un nuevo nombre: cese al fuego. Si el gobierno cumple, habrá una reunión extraordinaria; si no cumple, no la habrá, con todas las consecuencias que esto implique. Es una estrategia cínica para terminar culpando al Gobierno». Lafaurie añadió: «En la realidad, en los territorios nunca ha habido un verdadero cese al fuego; basta con ver las noticias. Por el contrario, el cese ha sido utilizado para continuar con el reclutamiento, entrenamiento y armado de efectivos». Finalmente, se preguntó: «¿El ultimátum del ELN… es al gobierno, al país… o acaso un ultimátum a la paz? Amanecerá y veremos».




