La denuncia se presentó el pasado 26 de octubre, cuando en horas de la madrugada del día en mención los residentes de las viviendas de la carrera 7c de barrio Blanco, escucharon cómo personas caminaban sobre los techos, pues primero pensaron que eran gatos o ruidos producto de la fuerte lluvia que estaba cayendo, sin embargo, uno de ellos logró visualizar la sombra de una persona que estaría merodeando en los techos en compañía de un ‘compinche’, práctica que se ha vuelto común en los delincuentes que han asechado a más de una vivienda y establecimiento comercial de la ciudad.
La situación
Al parecer, los delincuentes esperan a que llegue la madrugada para asegurarse que los dueños y ocupantes de las viviendas se encuentren dormidos, de igual manera, se percatan que ninguna de estas viviendas tenga animales, como por ejemplo perros o cualquier otro que pueda alertar a los residentes y llamar a las autoridades. Tras verificar todo lo anterior proceden a ingresar por los patios o las ventanas que no tienen rejas, llegan hasta la planta baja y empiezan a extraer todos los elementos de valor, pero también comida.
Uno de los casos
“Cuando nos despertamos nos dimos cuenta que la nevera estaba abierta y toda la comida estaba regada en el piso, también nos percatamos de que nos faltaban unos cuchillos y unos elementos como porcelanas y teléfonos inalámbricos, a lo que no nos explicamos cómo no hicieron ningún ruido”, aseguró Lidia Vargas, una de las residentes de la zona. Además de esto, los vecinos afirmaron haber escuchado pasos en la madrugada por encima de sus casas, en especial en un momento en el cual parecían correr, pero nunca imaginaron que fueran ladrones.
Los presuntos asaltantes
Según la descripción proporcionada por los residentes, estos hombres estarían vestidos con camisas esqueleto y pantalonetas para impulsarse mejor y poder subir al techo de las viviendas, de igual manera, solamente llevan maletas colgadas a la espalda para hurtar lo que encuentren a su paso. “No se llevan un televisor porque les queda complicado salir sin hacer ningún ruido, entonces aprovechan lo poco que ven en la sala o en la cocina y salen como si nada, dejando revolcadas las casas y sin ninguna pista de ellos”, aseguró Vargas.
