Jorge Ramírez quien desde hace más de 15 años trabaja sobre este sector cuidando vehículos, dice que es muy triste ver como poco apoco los amigos de lo ajeno, se están robando lo que quedaba de la empresa embotelladora de gaseosas que por años fue una importante fuente de empleo para muchos girardoteños, pero desde que fue cerrada, se ha convertido en una guarida de delincuentes.
Destrucción
Según el morador, en horas de la madrugada habitantes de calle y consumidores, valiéndose de artimañas lograron abrir un hueco en una de las rejas por donde podían ingresar y hacer de las suyas en el interior, en el que destrozaron parte de la estructura para llevarse lo que encontraran a su paso, el cableado fue destruido para casarle el cobre, la misma comunidad se encarga de llamar a las autoridades, quienes llegan y lo sacan de este lugar, pero como no tiene vigilancia permanente cuando los uniformados dan la vuelta en la esquina, ingresan nuevamente.
El descaro
Ramírez dice, que el último intento de hurto que realizaron los vándalos, fue un trasformador de corriente, que por su gran volumen y peso tuvieron que traer una carreta, los desconocidos corrieron con tan mala suerte que el vehículo que utilizaron no les aguanto cuando intentaron mover el pesado elemento se les desbarato, en esa ocasión llegaron las patrullas del cuadrante e impidieron que los delincuentes se salieran con la suya, nuevamente el lugar por donde entraban fue sellado, sin embargo, si nadie vigila este lugar, seguirá siendo presa fácil para los ladrones.
