Laboratorios de cocaína dentro de casas familiares: la nueva modalidad del narcotráfico en Cúcuta

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Laboratorios de cocaína en Cúcuta: una peligrosa modalidad en zonas urbanas

El narcotráfico muta en Norte de Santander. Las autoridades advierten sobre la instalación de laboratorios de cocaína en Cúcuta dentro de viviendas familiares en sectores urbanos. Los grupos criminales ahora fabrican droga en patios y garajes, utilizando estructuras portátiles que pueden montarse y desmontarse en menos de una hora.

El coronel Juan Camilo Mazo, comandante del Grupo Maza del Ejército Nacional, explicó que el recrudecimiento del conflicto en el Catatumbo obligó a los grupos ilegales a trasladar su producción hacia la periferia de la ciudad.


Narcos urbanos: menos costos y más movilidad

El investigador Kenny Sanguino Cuéllar señaló que la búsqueda de reducir costos motivó esta modalidad. Instalar los laboratorios en municipios fronterizos como Juan Frío, Ragonvalia o Puerto Santander facilita el transporte de insumos y mercancías por pasos informales hacia Venezuela.

Según el coronel Fabio Ojeda, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, producir cocaína en zonas urbanas resulta más barato y rápido. Un kilo de clorhidrato de cocaína cuesta $6 millones en el Catatumbo, pero solo $5,5 millones en Cúcuta, lo que ha generado una proliferación de laboratorios en el área metropolitana.


El poder detrás del negocio

El coronel Mazo explicó que los principales responsables de esta modalidad son el ELN y las disidencias de las Farc, quienes controlan los laboratorios de pasta base en el Catatumbo y distribuyen la materia prima a otros grupos en Cúcuta.

Organizaciones como los AK-47 o el Tren de Aragua procesan la droga bajo un sistema de subcontratación criminal, gestionando la producción y distribución local. En un tercer nivel, bandas como Los Mexicanos, La Familia P o Los Turcos asumen la logística y venta dentro de la ciudad.


Laboratorios exprés en casas familiares

Los laboratorios de cocaína en Cúcuta se montan en espacios mínimos, con una carpa, una planta eléctrica y estaciones improvisadas de cocinado, secado y empaque. En menos de un día, los delincuentes producen entre dos y cinco kilos de droga.

Estas estructuras son fácilmente desmontables. En 20 minutos pueden desaparecer sin dejar más que rastros químicos. Los grupos criminales suelen convencer a residentes locales, conocidos como “químicos”, para usar sus casas o patios a cambio de dinero.


Riesgos para la salud y la comunidad

Expertos advierten graves riesgos de salud para quienes manipulan los insumos sin protección. La exposición prolongada puede causar ceguera, daños pulmonares y cáncer.

Además, los vapores y residuos químicos se esparcen al aire libre, afectando a los vecinos sin que lo noten. La cocaína de baja calidad que producen también envenena a los consumidores, al estar mezclada con sustancias como talco o maicena.


Las autoridades refuerzan la ofensiva

El coronel Ojeda anunció la llegada de un grupo especial de la Dirección Antinarcóticos a Cúcuta, enfocado en desmantelar las cabezas del negocio. En lo que va del año, 12 laboratorios han sido destruidos en el área metropolitana, principalmente en Puerto Santander y San Cayetano.

Esta nueva forma de narcotráfico urbano convierte a las viviendas familiares en focos de contaminación, inseguridad y violencia, un fenómeno que las autoridades buscan erradicar antes de que se expanda aún más.


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