La esposa de Juan José Balbuena no puede callar más. La angustia y el temor la han llevado a exigir justicia por los terribles hechos ocurridos en su hogar, los cuales han marcado para siempre la vida de su familia. El martes pasado, su marido fue brutalmente atacado en su propia casa por Diego Mauricio Prado Ramírez, quien, sin mediar palabra, le propinó un machetazo en la cabeza. La herida fue tan grave que le causó una fractura en el cráneo, requiriendo varios puntos de sutura.
Un miedo constante
El temor no terminó con el primer ataque. La esposa de Juan José cuenta cómo, dos días después, mientras caminaban por el barrio, el agresor apareció de nuevo. «Nos encontró en la calle, nos enfrentó con un machete y nos amenazó», recuerda, con el miedo aún palpable en su voz.
Ese encuentro dejó claro que la pesadilla no había terminado, y que el agresor seguía acechando a su familia. «Es como si no tuviéramos derecho a vivir tranquilos, como si el peligro estuviera siempre a nuestro lado», confiesa con tristeza.

El ataque definitivo
El sábado pasado, la situación llegó a un nivel insoportable. A las 8 de la mañana, Diego regresó a la casa de la víctima. Esta vez no fue un machetazo, sino una puñalada directa al pulmón de Juan José. La lesión afectó gravemente una arteria y el músculo, llevándolo de urgencia al hospital, donde actualmente se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos, luchando por su vida. La esposa, entre lágrimas, describe cómo su mundo se vino abajo al ver a su ser querido en tal estado de gravedad.
El miedo y la impotencia
Aunque la familia ha denunciado los hechos ante las autoridades, la esposa de Juan José no puede evitar sentir que el miedo la consume cada día. La violencia, que comenzó con un machetazo, ahora ha escalado a un nivel de terror que no la deja vivir en paz.
«Cada vez que escucho un ruido en la puerta, me estremezco. No sé si vendrá otra vez», relata con angustia. El temor no solo está relacionado con las heridas físicas que sufrió su esposo, sino con la constante amenaza de que el agresor siga libre, acechando a su familia.
Implicado capturado, pero el miedo persiste
Gracias a la rápida intervención de las autoridades, Diego Mauricio Prado Ramírez fue capturado y actualmente se encuentra recluido en un centro de detención transitorio en la ciudad de Neiva, a la espera de que se defina su situación jurídica por los hechos de violencia que ha cometido. Sin embargo, para la familia de Juan José, la sensación de inseguridad no desaparece.
La esposa del agredido, por temor a represalias, ha decidido guardar su identidad en secreto. «No sabemos si mañana él o alguien más vendrá a hacerle daño a mi familia», concluyó con un tono de desesperación.



